Además de la dura problemática social que enfrentan sobre el frío pavimento de Bucaramanga, las personas en situación de calle son personas vulnerables que hoy corren un gran riesgo en esta ciudad: están expuestos a elevados niveles de violencia e incluso de asesinatos.
Ellos, que de por sí ya enfrentan condiciones de extrema pobreza y de exclusión social, son víctimas de homicidios y de constantes agresiones que atentan contra su dignidad y derecho a la vida.
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Durante los últimos cinco años en Colombia, se han presentado un total de 1.179 muertes violentas de personas en situación de calle. Y estos fallecimientos corresponden exclusivamente a homicidios, concentrándose el 51 % en cuatro ciudades: Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga, siendo la capital santandereana en donde más se han registrado esos fatídicos casos.
“Es inaceptable que los habitantes en situación de calle, quienes ya sufren un estado de marginalidad extrema, sean objeto de violencia en Bucaramanga. Es urgente que se investiguen a fondo estos crímenes y se castigue a los responsables, así como se implementen políticas públicas que brinden protección a esta población”, dijo Yani León Castañeda, experta en seguridad y temas urbanos.
“Es responsabilidad de todos como sociedad, incluidos ciudadanos, policías y alcalde, velar por los derechos de los más desprotegidos y garantizar un entorno seguro y digno para todos los ciudadanos, sin importar su condición social”, precisó León Castañeda.
Y para analizar qué tan alta es esta problemática, es necesario comparar el número de casos de asesinatos registrados en la capital santandereana y en el país, con respecto a la población total de cada territorio.
Hagamos este ejercicio para el año 2023, con las once ciudades que tienen más de 5000.000 habitantes. Mientras en el promedio nacional por esa cantidad de personas fueron víctimas de homicidio dos personas en situación calle; en el caso de Bucaramanga fueron nueve, siendo esta la cifra más alta del listado de capitales.
“Es necesario prestar atención a este fenómeno, pues debemos recordar que en Bucaramanga se han presentado fuertes casos de intolerancia, como el fenómeno que documentó en su momento este diario y que se conoció como la ‘Mano Negra”, añadió la experta.
De otra parte, por su nivel de vulnerabilidad en la mayoría de los casos no hay denuncias, ni quién los defienda, aunado a la indiferencia y hasta falta de compasión por parte de la ciudadanía, como si la condición de calle los despojara de su valor como seres humanos, que tienen derechos al igual que el resto de los bumangueses.
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“La problemática del habitante de calle es muy compleja porque si bien se relaciona con condiciones de pobreza, no se puede resolver brindando oportunidades de educación o empleo”, agregó.
“Tampoco se trata de un problema eminentemente de seguridad. Antes de llamar a la Policía frente a las personas en condición de calle deberíamos llamar al personal de salud, por tratarse de personas que requieren iniciar procesos de desintoxicación, atención especializada en sicología y siquiatría, porque difícilmente podrían superar su adicción si no se les presta esa ayuda”, precisó la experta.
Vista así, la problemática del habitante de calle es una de las aristas de temas como el consumo de drogas, que viene en aumento y que requiere la respuesta institucional especializada en el tratamiento de las adicciones.
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