Asombro y tristeza fueron los sentimientos que acompañaron la mañana de ayer a dos amigos de Alid José Beaujon Vlacio, de 32 años, quien fue hallado muerto en un cambuche que él había armado a un costado de la avenida del Río.
A las 6:00 de la mañana, uno de sus amigos que llegó a buscarlo para entregarle el desayuno que diariamente le traía a donde él vivía, sobre la ribera del río Pamplonita, se percató de la escena mortal, por lo que de inmediato alertó a la Policía Metropolitana de Cúcuta.
Un grupo de uniformados llegó al sitio y verificó que Beaujon estaba sin vida, por lo que les pidieron a los miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), para que se encargaran de la inspección técnica a cadáver.
Aunque los amigos de Alid Beaujon aseguraron que lo habían encontrado con un golpe en la cara y una piedra ensangrentada al lado del cadáver, que indicaría que, presuntamente él fue atacado a golpes, las autoridades avanzan en las pesquisas para esclarecer las causas de la muerte.
Extraoficialmente se conoció que, al parecer, el hecho ocurrió cuando Alid Beaujon estaba armando el cambuche y se cayó de los palos en los que estaba trepado, golpeándose en la cabeza.
"Al parecer, el hecho ocurrió en medio de un accidente, al caer de más de un metro de altura. Sin embargo, avanzan las investigaciones para establecer cómo sucedió esta muerte", explicó una fuente en la escena del hallazgo.
Era querido en la zona
Según los amigos de la víctima, que estuvieron pendientes de la inspección técnica del cadáver, aseguraron que Alid era un hombre noble, callado y servicial.
Además, les insistieron a las autoridades que él era un hombre conocido y querido en la zona por su espíritu servicial y su amabilidad con los vecinos del sector.
"Acá la gente le daba comida siempre, porque él estaba pendiente de ayudar a las personas y de barrer las calles y limpiar los alrededores para rebuscarse el dinero", dijo uno de los allegados.
Uno de los amigos de Beaujon recordó que el 1 de enero lo trajo desde Tibú, donde trabajaba raspando coca y lo ayudó a ubicarse en Cúcuta.
"Era un buen muchacho, no robaba ni hacía nada malo. Lo traje desde Tibú, porque le dije que allá era muy peligroso, que mejor se viniera a Cúcuta y ahí mismo se subió a mi moto y llegamos acá", recordó.
Por ahora, las autoridades avanzan en las pesquisas para esclarecer el hecho, mientras el cadáver fue trasladado a Medicina Legal, a la espera de que sea reclamado por sus seres queridos.