Las balas que iban y venían durante todo el domingo en la vereda Vijagual, perteneciente al asentamiento La Punta, del corregimiento Banco de Arena, zona rural de Cúcuta, provocaron pánico entre los pobladores, pues quedaron en medio del fuego cruzado, llevándolos a dejar todo y salir huyendo de sus casas.
Fueron en total 23 familias de esta vereda que terminaron desplazadas por ese combate entre el Eln y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (Agc), también llamados Clan del Golfo.
Se conoció que estos dos grupos armados ilegales se siguen enfrentando por el dominio del territorio, sin importarles que muchas familias, que nada tienen que ver, queden en la mitad.
Este dramático hecho se dio el domingo, a las 3:00 de la tarde. Una mujer que se encontraba descansando en una de las fincas de esa vereda, resultó herida por dos balas pérdidas, que la impactaron en una de sus piernas y en el glúteo izquierdo.
Bastó que los demás pobladores fueran testigos de cómo su vecina terminó afectada por esta guerra, para que decidieran huir, dejando todas sus cosas tiradas.
Ayer, al cierre de esta edición, se conoció que la víctima recibía atención en un centro médico de Cúcuta.
Desplazados y asustados
Refugiados en hogares de familiares y amigos que residen en Banco de Arena, los afectados encontraron un techo para pasar sus días, porque ninguno quiere regresar y arriesgarse a morir.
Ayer, desde muy temprano, una comisión liderada por las secretarías de Posconflicto y Gobierno de Cúcuta, que contaban con el apoyo de la Defensoría del Pueblo y la Personería, llegaron a la zona y escucharon a los afectados.
Tras un censo de la comitiva, se conoció que 59 personas integran las 23 familias, de las cuales hay doce migrantes.
Las ayudas
Elisa Montoya, secretaria de la oficina de Posconflicto de Cúcuta, aseguró que entre las actividades que se adelantaron con los afectados hubo un taller psicosocial colectivo para mitigar los daños de los que fueron víctimas, donde fueron escuchados y les entregaron ayudas humanitarias, tales como colchonetas, sábanas, kits de alimentos, de utensilios de cocina, aseo y kit de bebé para las madres lactantes.
“Los niños y jóvenes afectados hicieron dibujos y el resultado es que a pesar de la situación que viven, siguen creyendo en la paz y eso genera muchísima esperanza y ganas de seguir trabajando por estabilizar la zona rural”, dijo Montoya.
La funcionaria enfatizó que todas las familias se abstuvieron de recibir dineros para costear arriendos, ofrecidos por la Alcaldía y, en cambio, prefirieron recibir los kits de ayuda.
Montoya también aseguró que hasta ahora se inicia un proceso enmarcado en el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas.
“Para que se dé un retorno debe existir seguridad, voluntariedad y dignidad. La primera debe garantizarse bajo los conceptos de seguridad de la Policía y el Ejército, que deben refrendarse en un comité territorial de justicia transicional”, aseguró la funcionaria.
Montoya finalizó diciendo que, “la Alcaldía de Cúcuta está haciendo proyectos productivos para las víctimas de corregimientos como Banco de Arena, con inversiones en infraestructura comunitaria y placas huellas. Pero todo esto se puede perder si no hay un acompañamiento con el Ejército y la Policía, presentes de manera continua, pero sobre todo, confiables”.
Jaime Marthey, defensor del Pueblo, aseguró que fueron garantes en la verificación de los protocolos para que se activen como deben ser y las personas reciban la atención oportuna.
Las confrontaciones
En Banco de Arena y sus alrededores, desde diciembre de 2020, los integrantes de las Agc se aliaron con Los Rastrojos para combatir al Eln, que se ancló en territorio venezolano con la complicidad de las autoridades de ese país.
Dicha guerrilla se apoderó de los negocios de narcotráfico y contrabando, al igual que las extorsiones que se dan por esa zona fronteriza.
Precisamente, el mismo domingo 9 de mayo, día de los enfrentamientos, circuló un panfleto firmado a nombre de las Agc, en el que aseguran que han iniciado su expansión y consolidación en Norte de Santander.
Según conoció La Opinión, las autoridades colombianas en sus labores investigativas han establecido que las Agc mantienen un componente de al menos 200 hombres y que ahora actúan como un solo grupo, sin embargo, el dominio en los puntos de control del narcotráfico sigue liderado por el Eln.
“Hacen acciones proselitistas para lograr la consolidación en la aceptación de la comunidad, haciendo creer que como grupo armado brinda seguridad, pero sus intenciones son la búsqueda de adeptos, con el fin de mostrar vigencia política, armada y territorial en la zona”, dijo una fuente.
Según las labores de las autoridades, lo que el Clan del Golfo pretende es retomar la zona de Vigilancia, Totumito, La Silla, El 25 y Vijagual, entre otros puntos de la zona rural de Cúcuta, con el fin de tomar el control de los cultivos ilícitos de la zona.