Bolsonaro y sus "cómplices"
La fiscalía de la CPI considera desde 2016 que "la destrucción del medioambiente, la explotación ilegal de recursos naturales y el acaparamiento de tierras" pueden constituir un crimen contra la humanidad.
Desde que Bolsonaro asumió el cargo, los indígenas brasileños han presentado tres denuncias contra él ante la CPI por "ecocidio" o "genocidio". El mandatario también fue denunciado ante esta instancia por su gestión de la crisis de la pandemia de coronavirus.
La denuncia de este martes, según sus impulsores, es la primera que relaciona la deforestación con un impacto para la salud a escala mundial.
Pero la CPI, creada en 2002 para juzgar las peores atrocidades que se cometen en el mundo, no tiene la obligación de estudiar las miles de denuncias presentadas ante su fiscal por parte de individuos o grupos.
El fiscal puede decidir de forma independiente qué casos someter a los jueces del tribunal y los jueces deciden luego si permiten una investigación formal.
La denuncia, en este caso, también afecta a varios importantes responsables del gobierno de Bolsonaro, explicó Povoas. "Son cómplices ayudando a aquellos que en el terreno cometen asesinatos, persiguen y perpetran otros actos inhumanos", explicó el letrado.
El fundador de AllRise, Johannes Wesemann, también hizo hincapié en que el objetivo de la denuncia "no era hablar en nombre de los brasileños sino mostrar la gravedad a escala global de la deforestación masiva".