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Alocuciones presidenciales de Petro: una por mes y sin estrategia definida
El mandatario usa este espacio de manera indiscriminada para posicionar temas de su agenda y no responder a algunas coyunturas, como era usual.
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Colprensa
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Domingo, 8 de Septiembre de 2024

Los colaboradores más cercanos del presidente Gustavo Petro no estaban muy seguros si una de las escaleras del primer piso de la Casa de Nariño era el mejor escenario para transmitir la anunciada alocución del pasado miércoles 4 de septiembre en la que el mandatario daría “una información muy relevante para el país”, según sus propias palabras.

En pleno paro camionero, por un mensaje compartido en su perfil de la red social X, se llegó a pensar que el espacio sería utilizado para declarar el Estado de conmoción interior, pero fuentes en Palacio descartaron esos rumores. Durante el resto de la tarde, permanecía la duda sobre el lugar para transmitir.

Finalmente, el fotógrafo y asesor Mauricio Vélez propuso que la escalera con el tapete rojo, una luz cenital, la bandera de Colombia y el atril serían un buen escenario. Laura Sarabia, directora del Dapre y mano derecha (e izquierda) del presidente dio el visto bueno.


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Este ejemplo reciente demuestra la forma en la que el mandatario entiende el uso y finalidad de las alocuciones. En estos poco más de dos años, según una revisión detallada hecha por este diario, Petro ha utilizado para todo tipo de intenciones la facultad que le da transmitir una alocución en canales privados, públicos y redes sociales. ¿Cómo evaluar esta estrategia? ¿Por qué es problemático que un presidente use indiscriminadamente esta herramienta?

De la coyuntura a la agenda

Varias fuentes al interior de Presidencia y expertos hablaron sobre lo que hay detrás de la estrategia de este Gobierno en relación al uso de las alocuciones. “Hemos ido probando. Este es un presidente que vino a proponer cambios y eso incluye la forma en la que la gente lo ve.

Rompimos con la tradición del presidente ‘encorbatado’ con el mismo fondo y acá queremos comunicar otra cosa”, le dijo una funcionaria a este diario que prefiere no revelar su identidad. En efecto, este Gobierno ha usado todo tipo de escenarios para transmitir sus alocuciones, pero eso no significa necesariamente que haya una estrategia definida.

Así lo explica el profesor Mario Morales, director del Observatorio de Medios de la Universidad Javeriana: “las alocuciones de este Gobierno rompieron totalmente con lo tradicional. Tanto en la forma, es decir la producción escénica y personal del presidente, como en el timing, con una intención de quitarle solemnidad a esas alocuciones estáticas y mecanizadas. 

Desde el punto de vista del contenido, tradicionalmente iban montadas en la cresta de la ola de la coyuntura. Lo que ha hecho este Gobierno es utilizar las alocuciones para marcar la agenda en lo nacional y lo internacional. Por eso, a veces se usan para repetir discursos, lo cual es inconveniente porque está pensado para otro escenario”.

Según registros de la página de Presidencia y sus canales digitales, este Gobierno ha hecho 25 alocuciones presidenciales, es decir, prácticamente una por mes. Pero en la práctica, hay otras transmisiones adicionales nombradas como alocuciones que realmente han sido la repetición de algún discurso reciente. Sucedió, de hecho, el domingo pasado en la noche, cuando en los canales privados salió como alocución presidencial un discurso del mandatario desde Chocó en la posesión de la nueva defensora del Pueblo Iris Marín, donde Petro dijo, entre otras cosas, que hay periodistas mujeres que son “muñecas de la mafia”.


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Lo cierto es que una decisión como esa casi nunca está del todo planeada. Algunas fuentes de canales privados le dijeron a este diario que han sido varias ocasiones en las que desde la Comisión Nacional de Televisión (ANTV) y Presidencia les han avisado que se va a transmitir una alocución presidencial, pero luego se cancela o termina sucediendo días después.

 

Este Gobierno ha repetido que el cubrimiento de los medios es injusto y sesgado. Por eso convirtieron a RTVC –que era un ejemplo regional en el manejo de sistema de medios estatales– en una caja de resonancia al servicio del Gobierno. El presidente Petro y sus asesores cercanos sienten que tiene que “equilibrar la cancha” mediática y por eso el uso indiscriminado de las alocuciones. Sin embargo, desde 2018, la Ley 1909 por medio de la cual “se adopta el estatuto de la oposición política y algunos derechos a las organizaciones políticas independientes”, establece algunas reglas respecto a las alocuciones: “Cuando el Presidente de la República haga alocuciones oficiales en medios de comunicación que usan el espectro electromagnético, las organizaciones políticas declaradas en oposición al Gobierno nacional, tendrán en el transcurso de las siguientes cuarenta y ocho (48) horas, en los mismos medios, con igual tiempo y horario, espacios para controvertir la posición del gobierno. Esta opción tendrá un límite de tres veces al año”.

Esto último fue pensado en un contexto donde las alocuciones presidenciales tuvieran un uso limitado, pero también ha sido criticado por cada oposición de turno pues tres al año son pocas veces comparado con el uso que cada mandatario le ha dado.

Lo que sucedió posterior a esta ley es que el expresidente Iván Duque, por motivo de la pandemia, aumentó el uso de las alocuciones y luego creó, de la mano de su asesor Hassan Nassar, un espacio diario en el que Duque hacía las veces de presentador sobre temas relacionados de la pandemia, pero luego mutó en un programa que también hablaba de sus otras políticas.

En el caso del presidente Petro, las alocuciones se han vuelto un escenario para la experimentación. Al principio del Gobierno repitió fórmulas de sus antecesores poniendo a su gabinete ministerial a sus espaldas. Pero luego ha probado todo tipo de espacios. Para sus dos años de Gobierno en agosto pasado, por ejemplo, hizo una alocución pregrabada en la que está en un puesto de arepas en Boyacá con una señora que, dice, votó por él y aumentó sus ventas en este Gobierno, mientras Petro le pone su mano en el hombro. En otra ocasión, este año, hizo una alocución con un adulto mayor para lanzar su reforma pensional. 


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Y en la más reciente, en pleno paro camionero, hay una segunda cámara que en en un par de ocasiones transmite un plano abierto del presidente de pie, con las piernas cruzadas y ropa sport. No se entiende muy bien, en ese caso, cuál era el objetivo de esa toma en la que el plano revela ya no solo un presidente recostado sobre el atril en plena alocución, sino una Casa de Nariño vacía, sola, fría. Las cifras en Youtube de estas alocuciones son entre 50.000 y 70.000 visualizaciones, con pocos casos en que llegan superan ese rango.

Para Andrés Ortega, profesor de ciencias políticas, “las alocuciones no han evolucionado para bien en este Gobierno (pero tampoco en el anterior). En este caso les ha permitido manejar otro tipo de discursos. En el caso de Petro el manejo de las comunicaciones muy personalista y su equipo tiene muy poco margen de maniobra. Hay cosas que se nota que son improvisadas (...) repetir discursos no tiene mucho sentido y es poco profesional. No hace parte de una estrategia coordinada”, dice Ortega a este diario.

l origen de las alocuciones presidenciales

Según bibliografía consultada, las alocuciones presidenciales no nacen ni se reducen al nacimiento de la televisión. En muchos países se transmitían mensajes en vivo del presidente de turno en radio anunciando algunas medidas o informando a la población sobre una noticia muy importante, como sucedió durante las guerras del siglo XX.

En Colombia, la primera alocución presidencial fue del general Gustavo Rojas Pinilla en 1954, que coincidió con la primera transmisión de la llegada de la televisión en nuestro país. La primera persona que se ve y se escucha, a blanco y negro, fue Julio E. Sánchez Vanegas, quien era el maestro de ceremonias del expresidente Rojas.


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