La Boquilla, en Cartagena, se caracteriza por ser un pueblo ancestral. Sus primeros pobladores eran pescadores negros que llegaron al territorio posterior a su libertad, asentándose cerca al mar para ejercer su actividad.
Según los historiadores, en los inicios del asentamiento, por parte de la comunidad afrodescendiente, en el territorio boquillero nada le pertenecía a nadie, siendo la razón del porque han luchado desde hace décadas por la titulación de su tierra. Así lo expresó el médico Benjamín Luna, quien es líder comunal de La Boquilla.
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Primeras luchas
Las primeras disputas se remontan hacía el siglo XX. Según el documento ‘La Boquilla: caracterización socioambiental y cartográfica’, las primeras defensas al territorio surgieron por tensiones con las haciendas privadas, específicamente de la familia Paz, quienes en su momento reclamaban que esa parte de Cartagena les correspondía a la Hacienda de Crespo, ya que “supuestamente, esta comprendía desde el barrio Crespo hasta la altura de la Boca de Parrao en La Boquilla”.
El mismo documento cuenta que Generoso Puerta, uno de los primeros pobladores, animó a varios miembros de la comunidad a manifestarse y buscar el respaldo de un abogado, quién los orientó en la defensa por su territorio. Los Paz, por su parte, no lograron demostrar posesión sobre lo reclamado, lo que significó una primera victoria.
Luego de ese tenso momento, en 1924 los pobladores volvieron a vivir una situación similar, pero esta vez por parte del obispo de Cartagena, Pedro Adán Brioche, quien reclamó La Boquilla como su propiedad, porque la familia Paz habría intercambiado la tierra a cambio de servicios religiosos.
Sin embargo, los pobladores volvieron a salir victoriosos, ya que jurídicamente no lograron comprobar que La Boquilla pertenecía a la familia Paz.
En 1943 fue el tercer momento crítico que pasaron los boquilleros. El arzobispo de la Iglesia católica, en ese entonces, reclamó a La Boquilla como propiedad de la diócesis de Cartagena, pero los nativos no se quedaron de brazos cruzados, con su abogado disputaron el pleito legal que siguió hasta los años 60. En esa misma década se inició la construcción del Aeropuerto Internacional Rafael Núñez de Cartagena.
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En ‘La Boquilla: caracterización socioambiental y cartográfica’, se narra que el aeropuerto “se ubicó sobre una porción de tierras de la Hacienda de Crespo de la familia Paz que fue vendida en ese momento a Aerovías Nacionales de Colombia (Avianca), la construcción de este y la pista de aterrizaje trajo afectaciones sobre la ciénaga, el manglar y la tenencia de nativos boquilleros”.
Es decir, “las pistas del aeropuerto se hicieron sobre unos terrenos que eran habitados y usufructuados por un nativo boquillero, que tenía cultivo de pancoger y que, además, eran utilizados por la comunidad como pastura”. Esto implicó una disputa jurídica que se desató en años posteriores, anticipando el interés económico sobre el territorio y la especulación en el precio de la tierra.
Los nativos de La Boquilla han recurrido a diversas formas para permanecer y defender su tierra ancestral, apoyándose en recursos legales como el litigio y las acciones de hecho.
“Una de las formas fue la conformación de una junta de provivienda en 1968, liderados por los señores Ignacio Guzmán Márquez y Pedro Félix Puerta, a través de este se logró la recuperación de lotes que eran de propiedad de la diócesis y/o particulares y que hoy en día se ubican entre el cementerio y el sector conocido como la rama o el Hotel Sonesta”, menciona el documento ‘La Boquilla: caracterización socioambiental y cartográfica’.
En los principios de los 70, los pobladores volvieron a verse obligados a defender su territorio, ya que el Concejo Cartagena declaró la playa como zona de utilidad pública, desalojando a los boquilleros con el acompañamiento de la Fuerza Pública. Sin embargo, el párroco Pedro Nel Luna, interpuso una demanda generando que el alcalde de aquella época se disculpara públicamente e hiciera control de daños con la comunidad.
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Los boquilleros habrían cumplido su sueño
El proceso de lograr la titulación empezó en 2009, cuando los habitantes de La Boquilla fundaron el Consejo Comunitario de Comunidades Afro, en donde reclamaron los títulos colectivos del territorio.
Esto tuvo frutos en 2012, bajo el mandato del quien era presidente de Colombia en esa época, Juan Manuel Santos.
El 15 de abril de ese año, los nativos obtuvieron su título de pueblo ancestral con una ceremonia que presidió el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, evento simbólico que además contó con la presencia de habitantes de La Boquilla, El Palenque, Shakira y jefes de estados de otros países en la plaza San Pedro Claver de Cartagena.
Al programa de Los Informantes de Caracol Televisión, el líder Benjamín Luna contó que, en medio de la Cumbre de Las Américas, Obama visitaría a las comunidades negras, escogiendo a los pobladores de La Boquilla y El Palenque por el olvido y discriminación que los acogía.
“A cabo de una semana fui llamado por los organizadores del evento y me dijeron que en mi condición de representación legal yo tenía que estar en la ceremonia”, mencionó Benjamín Luna, líder de la comunidad de La Boquilla.
En ese simbólico evento, el entonces presidente de Estados Unidos, en calidad de testigo político de humanidad, le otorgó a los boquilleros la Resolución 0467 del 30 de marzo de 2012, expedida por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder), actualmente la Agencia Nacional de Tierras (ANT).
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En aquel documento se plasmó lo siguiente: “Por la cual se adjudican en calidad de “Tierras de las comunidades negras” los terrenos baldíos rurales ocupados colectivamente por las Comunidades Negras integradas en el Consejo Comunitario de la comunidad negra del gobierno rural de La Boquilla, correspondiente a la localidad de La Virgen y Turística del Distrito Turístico y Cultural de Cartagena de Indias, departamento de Bolívar”.
La resolución fue entregada al médico Benjamín Luna, líder de La Boquilla y a Sebastián Salgado, profesor palenquero.
Luna, en su momento, había manifestado que por fin sus tierras estaban blindadas y la comunidad tendría garantías de que no ser desplazada por empresarios que tenían interés en hacer proyectos turísticos e inmobiliarios en el territorio que les pertenece como comunidad afrocolombiana.
Lo anterior significó una victoria simbólica a la lucha que los pobladores de La Boquilla han llevado a lo largo de los años, puesto que además de obtener el título de su territorio, se convertía en un mensaje esperanzador para los otros pueblos afro del Caribe.
Y era un contexto que Obama sabía muy bien, ya que en medio de su discurso promulgó que “durante generaciones muchos de ustedes han vivido en estas tierras, han trabajo estas tierras, han criado a su familia en estas tierras y hoy y de ahora en adelante por fin obtendrán la escrituración de estas tierras. Se le entregarán a La Boquilla y a San Basilio de Palenque”.
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La felicidad duró menos de diez años
Aunque en 2012, en la simbólica ceremonia y mediante una resolución les entregaron los títulos que denominaba a La Boquilla como territorio de las Comunidades Negras, fue un hecho que duró menos a diez años.
En el 2020, mediante una demanda, el Tribunal de Bolívar anuló la Resolución N. 0467 del 30 de marzo de 2012, la misma que fue entregada por Obama. Según los argumentos, el documento habría infringido con las normativas, es decir, no tendría en cuenta una de las restricciones de la Ley 70 de 1993, aquella que busca reconocer las propiedades que han ocupado las comunidades negras en Colombia.
“El territorio ancestral titulado al Consejo Comunitario de las comunidades negras de La Boquilla se encuentra dentro de un predio de carácter urbano y, de acuerdo con esta norma (Ley 70 de 1993), la autoridad agraria solamente puede titular colectivamente a comunidades negras de terrenos baldíos rurales (no urbanos)”, menciona el fallo del Tribunal de Bolívar.
Ante esto, se conoció que los boquilleros apelaron la sentencia y, actualmente, el pleito se encuentra en manos del Consejo de Estado que deberá emitir una decisión sobre las situaciones que rodean el problema de la tenencia de tierras ancestrales en La Boquilla.
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