Luego de seis años de ejecución, quedó 100 por ciento operativo el corredor vial de Cuarta Generación entre Cúcuta y Pamplona, tras la finalización y entrega de las unidades funcionales tres y cuatro, que le permitirá a esta zona del departamento reducir tiempo en el desplazamiento, de dos horas a 45 minutos aproximadamente, para ganar en competitividad, productividad y seguridad.
Así lo destacó el gobernador del departamento William Villamizar, durante el acto protocolar que tuvo lugar en la Estación de Pesaje El Diamante, que contó con la presencia del Ministro de Transporte, William Camargo Triana y Francisco Ospina, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI.
Esta obra de 62.2 kilómetros de longitud y 71.2 de vías rehabilitadas, que incluyen además tres túneles, 23 puentes y viaductos, además de componentes de estabilización de taludes, con inversión de 2.4 billones de pesos, beneficia a 943 mil habitantes, por cuanto se mejora la calidad de desplazamiento para acceder a los municipios de Bochalema, Durania, Chitagá, Toledo, Silos y Mutiscua.
Villamizar lamentó, no obstante, que en el tramo entre Pamplona y Bucaramanga no se pudiera contar con un proyecto similar, ante la ausencia de una empresa que fuera capaz de llevarlo adelante por diversos inconvenientes de financiación y licencias, razón por la cual solicitó al ministro que una parte de los recursos asignados a ese proyecto, cerca de 1.6 billones de pesos, se puedan efectivamente aplicar en esa vía.
Destacó que esa vía se viene deteriorando severamente desde hace cinco años, período en el que se mantuvo concesionada y no recibió ningún tipo de mantenimiento, razón por la cual se agudizó su situación y ahora necesita “una inversión urgente”, dijo el mandatario departamental.
La urgencia en El Tarra
La vía Cúcuta – Ocaña es otro de los puntos álgidos de la vialidad nortesantandereana, específicamente por la situación coyuntural que se presenta en el sector de El Tarrita, que el año pasado fue seriamente afectado por una avalancha, producto de la crecida del río durante la temporada invernal.
Señaló que para atender la situación, se requieren unos estudios nuevos, un nuevo trazo y una nueva respuesta hacia la comunidad de la Provincia de Ocaña, para lo cual solicitó unos primeros recursos, a fin de analizar la posibilidad de una nueva vía, toda vez que ésta es la principal vía por donde sale el 50 por ciento de los productos de carga, que representan el progreso del departamento, y por donde además entran las mercancías que salen hacia Venezuela.
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Los riesgos inminentes que mantienen en alerta naranja a las autoridades de la zona, justamente por la llegada del fenómeno de La Niña, hacen que atender la situación de la vía a Ocaña sea una prioridad.
Frente a esto el ministro Camargo dijo que en lugar hay un monitoreo constante por parte de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos, para atender eventos asociados a las lluvias; al mismo tiempo, aseguró que prácticamente desde el día uno después de la avalancha el Instituto Nacional de Vías, Invías, también ha desarrollado labores para atender la contingencia, “incorporando recursos adicionales para restablecer la conectividad en la zona y buscando la mejor solución técnica”, dijo.
Sobre la situación de las vías de La Soberanía, que comunica Toledo con Arauca; y la del Catatumbo que comunica Tibú - El Tarra – Convención, solicitó el replanteamiento y reestructuración de los contratos de mantenimiento existentes, que están por 300 millones de pesos cada uno a 10 años, “en el sentido de poder traer vigencia futuras y lograr que el desarrollo de los mismos se haga en dos o tres años, para que las obras de mantenimiento se transformen en obras de pavimentación y se tenga buenos tramos de esas vías pavimentadas”.
Pidió apoyo para sacar adelante la apuesta del Tren del Catatumbo, que va a permitir dinamizar el mercado de productos del departamento, saliendo de Puerto Santander. Señaló Villamizar que este proyecto ya tiene un estudio de prefactibilidad por el orden de los 7 mil millones de pesos.
Efectos colaterales
La apertura de la doble calzada entre Cúcuta y Pamplona si bien dinamiza la movilidad y el transporte de toda la producción agrícola de la zona de montaña a la ciudad, también ha producido una alteración en el diario vivir de las comunidades intermedias de este corredor vial, especialmente 10 veredas de diferentes municipios que confluyen en el corregimiento El Diamante.
Ubicadas al pie de la vía, estas comunidades ahora presentan dificultades en el desplazamiento, especialmente cuando quieran hacer retorno desde Pamplona, por cuanto deben recorrer una distancia más larga para regresar a sus zonas de residencia.
Para estas personas, que protagonizaron un trancón en la vía, unos metros antes del lugar donde se hizo la entrega de la obra, el Ministerio de Transporte y la ANI enviaron un mensaje de tranquilidad, en el sentido de que la concesionaria Sacyr tendrá el control del tramo por 20 años, tiempo en el que no sólo deben hacer trabajos de mantenimiento a la infraestructura vial, sino además hacer los ajustes necesarios para garantizar el desplazamiento y seguridad de los ciudadanos.
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