El 11 de agosto de 2022 Irene Vélez Torres se posesionó como ministra de Minas y Energía del Gobierno de Gustavo Petro. Hoy, 11 meses después, su salida de esa cartera parece inminente.
Trascendió que el Presidente le pidió a Vélez no unirse a la comitiva que está en Bruselas y por el contrario regresar de inmediato a Colombia desde España. Aquí la espera un proceso de indagación que abrió la Fiscalía por el presunto delito de tráfico de influencias.
A ese proceso se suma la indagación que adelanta la Procuraduría General de la Nación que busca obtener pruebas que permitan aclarar los hechos y determinar si existe una posible incidencia de tipo disciplinario.
El caso se remonta a enero de este año cuando al parecer la Ministra habría hecho valer el peso de cargo y telefoneó a un funcionario de Migración Colombia para que permitieran la salida del país de su hijo menor de edad de manera irregular, en enero pasado.
Ese lío y no sus desatinos al frente de la cartera de Energía, la tendría hoy a las puertas de abandonar el gobierno de Petro, que dio la lucha por mantenerla en el cargo pese a las críticas a su gestión y sus salidas en falso. Lo que se dice es que esta misma semana presentaría su carta de renuncia.
Las salidas en falso que protagonizó
Hace menos de una semana la noticia no era el presunto tráfico de influencias, sino el contrato por prestación de servicios otorgado a su esposo. El realizador audiovisual Sjoerd Van Grootheest fue contratado por el Fondo Colombia en Paz por $128.770.000 millones de pesos para liderar una estrategia de comunicación sobre sustitución de cultivos ilícitos.
Lo que llamó la atención fue que en su última declaración de conflictos de intereses, Vélez había dicho que no tenía pareja permanente. Luego, justificó lo ocurrido como un “error de digitación”.
Pero, tal vez, la salida en falso con más peso fue la publicación del informe ‘Balance de contratos de hidrocarburos y recursos disponibles para la Transición Energética Justa’, con el que sustentó que Colombia no necesitaba nuevas exploraciones de gas porque las reservas para consumo interno podrían alcanzar hasta 2042.
El propio José Antonio Ocampo salió a “apagar el incendio”, como era costumbre cuando estaba en su cargo de ministro de Hacienda, y varios funcionarios de la cartera de Minas y Energía argumentaron que no fueron consultados o que sus firmas fueron puestas sin conocimiento, puesto que no habían aprobado el documento en su totalidad.
Una de ellas, fue la viceministra Belizza Ruiz, quien renunció al cargo.
Vélez se enfrentó a dos mociones de censura. En la primera obtuvo 24 votos a favor de removerla y 132 en contra; y en marzo sobrevivió a la segunda, convocada por los senadores de oposición David Luna y Miguel Uribe Turbay. Fueron 57 votos contra 16 en esa oportunidad.
“Quienes hoy la apoyan asumirán también la responsabilidad política de la destrucción que este gobierno representa”, sentenció Uribe Turbay en su momento.
Pero lo que no lograron las mociones de censura, los errores de digitación, los argumentos desaliñados y la falta de rigor para sacar a Vélez del cargo lo alcanzaría una llamada telefónica para ejercer presión indebida.
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