Hola papá: Aquí estoy, nuevamente sentado frente al computador, como todos los años por estos días. En este último usted estuvo más presente que nunca y fueron muchas las horas de conversación sobre su vida, sus orígenes, el ejercicio de la medicina, su incursión en política, sus triunfos y derrotas, sus sueños y luchas. Escribí un libro que recogió las 25 columnas anteriores publicadas en estas mismas páginas y a través de las cuales se recorre la historia de este cuarto de siglo y los principales acontecimientos personales y familiares. Fue un ejercicio duro desde lo personal releer las cartas y hablar durante horas con los editores sobre su vida, y también sobre su muerte. El resultado fue “Cartas a mi Padre”, que hace una semana presenté en una conversación emotiva con Piedad Bonnet, una extraordinaria escritora.
En general, papá, el que acaba de pasar fue un año muy productivo y exitoso. Después de la derrota de la Coalición de la Esperanza, continuamos en la tarea de consolidar una nueva opción en Colombia y en diciembre pasado el Consejo Nacional Electoral reconoció la personería jurídica de En Marcha. Hoy somos un partido político que defiende las ideas liberales que lo emocionaban. En el escenario nacional las cosas han estado muy movidas. Se cumple el primer año del gobierno de Gustavo Petro, quien representa la ilusión de millones de colombianos en un país más justo y equitativo, con el primer presidente de izquierda democrática en la historia nacional y la búsqueda de la denominada Paz total. Con ocasión del lanzamiento del libro, me han preguntado en distintas entrevistas como se ve hoy el país frente al de hace 25 años. Respondo que sin duda ha crecido, la violencia ha disminuido, las condiciones sociales de millones de compatriotas son mejores. Sin embargo, parecemos congelados en el tiempo en algunos aspec
tos, y uno de ellos es la existencia del ELN con sus mismos comandantes generando violencia, dolor y víctimas. Ojalá Petro logre firmar el acuerdo de paz con esa guerrilla, que intentaron sin éxito los anteriores presidentes.
El gobierno no la ha tenido fácil y, además de los inconvenientes con las reformas de pensiones, salud y laboral de los últimos meses y el crecimiento de la violencia en algunos territorios, estalló en los últimos días un tremendo escándalo relacionado con la financiación de la campaña presidencial, que tiene elementos muy complicados por la participación protagónica de un hijo del Presidente, quien además resolvió colaborar con la justicia. Al cumplirse un año de mandato, Petro ha perdido las mayorías en el Congreso, no hay coalición de gobierno y nos preparamos para un difícil proceso judicial. En este tema de financiación de campañas, como en el caso del ELN, el tiempo parece congelado en Colombia.
En fin, querido papá, son muchas las noticias y muy corto el espacio como siempre. Los 365 días que han pasado, desde que hace un año me senté a escribirle, han sido realmente intensos. Publicar el libro ha significado mucho y siento que era una deuda pendiente con lo que usted representa para nosotros en la familia y para mucha gente. Sus nietos Jorgito, Daniela y Juan Nicolás, estuvieron en primera fila en la presentación del libro, interesados en conocer detalles de la vida del abuelo que no pudieron disfrutar por cuenta de la infame e insensata guerra, que aún nos afecta 26 años después. El tiempo ayuda a cicatrizar las heridas, decía con razón Piedad en la conversación ese día. No hay duda que así es, pero también es cierto que la cicatriz siempre está ahí, recordándonos el dolor y la tristeza que nos produjo una partida inesperada, injustamente violenta con un hombre bueno que merecería morir tranquilo, rodeado del amor de su familia y el afecto de su gente. Ojalá el año entrante pueda contarle que el c
ese al fuego con el ELN funcionó, que las armas siguen silenciadas y que la posibilidad de firmar un acuerdo de paz con quienes lo asesinaron es real y no simplemente una ilusión. Así podremos saber algún día la verdad de tan absurdo y atroz crimen. Hasta pronto papá.