La constitución política de 1991 logró derrotar la inflación de precios al consumidor. Colombia antes de esa constitución crecía, pero con una permanente inflación producía alta pobreza y altísimo desempleo. La estabilización de la economía se logró debido a la independencia del Banco de la República y que con ella le ha permitido tomar decisiones para proteger el valor del peso por encima de otros intereses y opiniones. La actual espiral inflacionaria mundial, los efectos inflacionarios de la guerra de Rusia con Ucrania, el paro del 2021, la reforma tributaria, el rebote de precios por la pandemia y la más grave la desconfianza, se han ido controlando sus efectos con medidas adecuadas tomadas con base en su independencia con decisiones, que estimo han sido acertadas.
Es muy grave lo dicho por el presidente Petro el 12 de mayo: “Ante las alzas de las tasas de interés se debe responder con mejores aranceles y así proteger la industria y la agricultura”. “Si el Banco de la República sube la tasa de interés hay que dar protección porque esto resta competitividad a la economía”. Este arancel afecta en forma negativa el bienestar de todos los consumidores pues deja sin efecto la competencia entre importadores y productores locales permitiéndoles aumentar los precios a ambos. Con este extraprecio los consumidores pierden bienestar que es transferido a los productores locales en su competencia con los importadores y de esta forma se aumenta la pobreza y la inequidad. Se produce con este arancel un desánimo por mejorar la productividad si hay un mercado protegido.
Al gobierno en conclusión le conviene que el Banco de la República baje la tasa de interés para pagar su deuda con menos dinero y por consiguiente tener caja para gastar más. Las experiencias recientes de Turquía nos deben servir de ejemplo para no transitar caminos que pueden llevar a una inestabilidad macroeconómica. El actual presidente Turco perdió lo que alguna vez tuvo, una altísima popularidad debido a la política de mantener las tasas de interés bajas con el objetivo de darle prioridad al crecimiento. El mantener la tasa baja a pesar de presentarse una alta inflación y una gran depreciación ha producido un empobrecimiento a la población turca perdiendo sus mejores socios anteriores, los inversionistas extranjeros. “La lección que Colombia debe aprender de lo sucedido en Turquía, afirma el columnista Munir Jalil, es que subir las tasas de interés efectivamente afecta el crecimiento económico en el corto plazo pero es mejor un corto sacrificio que tener que sufrir con una inflación que se sale de control y empobrece al pueblo.
Esperamos que el gobierno y sus autoridades económicas al mirar este ejemplo internacional opten por mantener las cosas que funcionan y como afirma Jorge Restrepo: “Se debe dejar actuar al Banco de la República con independencia porque así se protege el trabajo nacional y la opción económica para los más pobres”.
