Hay que…vamos a…hay que terminar la carretera…se acabarán los contratos a dedo…prometo sanear la administración que me corresponde…No más promesas vanas ni más engaños…se terminó el despilfarro de los dineros aportados con el esfuerzo y el trabajo de todos ustedes…etc. etc. etc.
Así, con estas y otras llamativas arengas, se inundará el ya conocido mercado de la próxima contienda electoral para elegir candidatos a las administraciones regionales.
En medio de la absurda y ya casi centenaria guerra fratricida que padece nuestra amada patria, se elegirán, en contienda electoral calculada y manipulada, los próximos administradores del jugoso mercado de las prebendas: yo te doy, tú me das, yo te nombro tú me retribuyes. Y el menos afortunado quedará esperando una nueva oportunidad dentro de cuatro años. O sea, más de territorio y medio de inocentes que mientras esperan otra futura oportunidad, se aferran inocentemente a otra nueva, Vamos a……..
Otra arenga veintejuliera de carpa y sillas de plástico atiborradas de seguidores fieles. Entrenados para aplaudir y vociferar a la orden emanada del maestro de ceremonia: Vamos a cambiar la forma de administrar los recursos…Vamos a construir ahora sí, la tantas veces prometida escuela;…hay que contratar maestros, etc. etc. etc.
El candidato, muy majo y muy orondo, descenderá de la tarima, acompañado por sus fieles aduladores y con los brazos en alto agradece el ruidoso respaldo de la precaria compañía de amigos y de interesados seguidores y curiosos que solo esperan un pedazo del ponqué de la burocracia.
Una y otra vez se repite con inexplicable tozudez, la triste historia de un pueblo sometido al abusivo poder de economías egocéntricas que solo buscan sojuzgar y esclavizar.
Seguiremos sometidos, por cuenta de regímenes acomodados a sus intereses en un vaivén de ires y venires que solo pueden garantizar y vociferar sobre lo que saben que no van a cumplir.
Muchos de ellos endeudados con la justicia y con investigaciones paquidérmicas que muchas de las veces terminan engavetadas con triquiñuelas que ya los profesionales del derecho se saben de memoria.
Por supuesto que la imagen del futuro redentor aparecerá en vistosas y coloridas vallas estratégicamente ubicadas. Le acompañan las consabidas alusiones a la calidad del, o los candidatos. Las redes sociales se inundarán de mensajes y arreboles de promesas: que ahora sí……
Que ahora sí, conmigo “bienvenidos al futuro” como lo prometió el ex presidente heredero del caudillo santandereano. Y no pasó nada. Repartija entre sus aduladores y patrocinadores de campaña. Tú me eliges yo te nombro y me retribuyes...
Se repetirá tozudamente, la historia de escoger a los administradores del producido de los que día a día, sin descanso y sin capacidad de protesta bajan la testa, como al toro que ya sin fuerzas, después de la faena exhausto y rendido ofrece su sangre a un público frenético que gozará con su agonía y muerte.
Las próximas elecciones no son otra cosa que caer en los mismos movimientos, prácticas, marrullas, negociados, componendas y tramposos movimientos que solo buscan repetir la eterna parodia de un pueblo sojuzgado y engañado por élites centenarias que solo han conseguido despertar una corriente de izquierda que no sabemos a estas alturas a dónde nos conduce.