Cada vez que se habla de paz o paz territorial como conceptos, se nos vienen a la memoria las metodologías y diversas experiencias que se han utilizado, no sólo en nuestro país sino en el planeta Tierra para lograr resolver conflictos internos o internacionales, cualquiera sea su causa: ocupación extranjera, colonización, narcotráfico, corrupción, violencia política, racial, discriminación o todas las anteriores.
En Colombia, por la misma prolongación de seguir siendo el conflicto armado interno que se mantiene vigente en el hemisferio occidental, buscamos estrategias que nos permitan dar con soluciones a mediano y largo plazo.
Durante los días 13, 14 y 15 de septiembre participé en diferentes eventos que revisaban metodologías funcionales. Particularmente en Cúcuta, se desarrolló el Consejo Departamental de Paz, Reconciliación y Convivencia del Departamento Norte de Santander con presencia de los delegados, consejeros y miembros de la mesa amplia de participación que está aportando a los diálogos con la insurgencia del ELN.
Allí planteamos que, además de ampliar los Consejos Municipales de Paz y fortalecer el Departamental, se trabajara en una versión mejorada de lo que en su momento fue “diálogo útil”, metodología que en el 2018 nos permitiódesescalar el conflicto y participar como regiónde manera directa en las conversaciones de ese momento en la Habana (Cuba).
Hoy planteamos “voces ciudadanas por la paz”, como metodología amplia de participación de acuerdos regionales que permitan mantener vivas las ilusiones de paz.
Al siguiente día, participé en Barranquilla con la reunión de todos los personeros del país, funcionarios públicos que son garantes de la divulgación y promoción de los derechos humanos en cada municipio del país. Junto con delegados del Gobierno y el ELN también se plantearon metodologías que alivien la guerra en las zonas de mayor disputa. Luego, enBogotá, con liderazgos estratégicos de formación de alto nivel, también articulamos escenarios que puedan lograr procesos de paz posibles.
Mientras viajaba y participaba, tuve la oportunidad de analizar un excelente artículo planteado por Paulo Tovar, coordinador de Participación y Diálogode la FundaciónIdeas para la Paz, donde explica que:“Debemos retomar las diversas experiencias que han funcionado en el país y no empezar de cero desde lo planteado por el Gobierno como el ´acuerdo nacional´; la idea de un acuerdo nacional ha estado en el discurso del presidente Gustavo Petro desde su posesión. Hasta hoy no se sabe exactamente qué es. Un acuerdo de ese estilo es anticuado, probablemente inviable, y deja de lado un conjunto de ejercicios ciudadanos ya realizados precisamente para construir acuerdos amplios”.
Entre estos ejercicios están “La conversación más grande de Colombia” (más de 12 mil estudiantes), “Tenemos que hablar Colombia”, (alrededor de 5.500 personas de todas las regiones del país) y “Dialogar para avanzar” (540 personas en más de 60 encuentros), por solo mencionar algunos casos y su diversidad.
En realidad, cualquiera que fuera el camino lo que la ciudadanía espera, es precisamente resultados positivos que afiancen la paz y donde todos intervengan, incluso los que no creen en estos procesos y lo que no apoyaron este Gobierno.
Por ello, el investigador Tovar propone: “Unos acuerdos nacionales, contemporáneos y viables deberían incorporar este tipo de apuestas. No sólo sus metodologías, sino también sus resultados.
Con énfasis distintos, estas iniciativas mostraron una preocupación ciudadana real por la situación del país y la necesidad de cambios (aunque se referían a cambios acotados). La Gobernación de Norte de Santander viene con diferentes iniciativas buscando soluciones a problemáticas desafiantes. Esa es la misión.