La comunidad del barrio Popular está preocupada por la ola de inseguridad que ha invadido sus calles. Según esta, se vivía en una zona muy tranquila que se ha visto sacudida por la delincuencia.
Los hurtos de contadores de agua y de autopartes se han convertido en prácticas comunes, lo que generó una sensación de vulnerabilidad entre los residentes, quienes atribuyen estas acciones a los habitantes en condición de calle.
“Se montan en los techos de las casas para robarse el cheque de las bombonas de los tanques elevados porque eso tiene cobre (…) Eso también es un paseo, se la pasan mirando que pueden saquear, hasta los espejos de los carros se los llevan”, dijo una vocera comunal.
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Uno de los focos de mayor intranquilidad es una casa en particular, que ha sido identificada por los vecinos como un punto de encuentro para los sin techo, pues consumen drogas, incendian objetos y convierten el lugar en un refugio temporal para dormir.
“Eso es una olla y un basurero, llegan unos olores horribles, como de cuero achicharrándose y las personas tienen derecho a dormir en un espacio agradable. Fuera de eso, se suben al segundo piso para abrir huecos en las viviendas cercanas y así meterse”, afirmó la líder del barrio.
En ciertas áreas, hay una gran cantidad de árboles sin podar que tapan las luces de los alumbrados, creando zonas oscuras que, además de generar temor en los vecinos, son aprovechadas para las actividades ilícitas.
Además, algunos propietarios han expresado su descontento con la presencia policial, argumentando que se necesita un aumento en la patrulla y una mayor presencia.
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“Muchos creen que tenemos un gran sueldo porque vivimos acá, pero no es así, algunas propiedades son heredadas, muchas no tienen pensión o empleo y son ayudados por sus familiares. No estamos para estar comprando cada cosa que se roben”, señalaron.
Al respecto, el mayor Felipe Rojas, comandante del distrito de Policía número 1, mencionó que no han recibido reportes sobre contadores de agua usurpados y que, muchas veces, los ciudadanos no formulan la denuncia, situación que dificulta las labores investigativas.
Además, Rojas aclaró que muchas veces han sorprendido a habitantes en condición de calle movilizándose con elementos que parecen hurtados, pero como no tienen denuncia de los bienes, no pueden judicializarlos.
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“Estamos haciendo un control, impedir que transiten de forma permanente en puntos neurálgicos de la ciudad, incluso, se le ha manifestado en reuniones a la ciudadanía que por favor eviten dar alimentos, ropa u ayudas, ya que de una u otra manera hace que haya un incremento de esta población en el sector”, agregó.
Por su parte, Ángel Álvarez, secretario de Seguridad Ciudadana de Cúcuta, hizo énfasis en los frentes de seguridad, organizaciones cívicas voluntarias, donde la comunidad, con el apoyo de las autoridades, deciden unirse para mejorar la convivencia y seguridad ciudadana.
“Es importante que la gente se vincule para así tener una mayor cobertura del servicio de policía, es decir, una vez que se active el frente a través de una alarma de pánico, pues el cuadrante que tiene ocho barrios va a poder empezar a focalizar”, añadió.
Redacción: Valentina Robles Angarita
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