Más de 400 mujeres fueron atendidas en la maratónica jornada de pruebas de despistaje de cáncer de mama y cuello uterino, que se desarrolló el pasado sábado en el Policlínico de Atalaya, la cual benefició a mujeres colombianas, retornadas y migrantes venezolanas, residentes en los municipios de Cúcuta y Villa del Rosario.

Este evento se llevó a cabo gracias a una alianza público privada entre los gobiernos de Norte de Santander y la alcaldía de Cúcuta, con la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) que, en colaboración con la farmacéutica Roche, buscan mejorar las habilidades para combatir estas enfermedades, tan recurrentes en la población femenina.

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Marieli Alfonzo, gerente general de Roche Colombia, señaló que este plan piloto está iniciando en Cúcuta, pero también serán replicado en Riohacha y Medellín, donde se experimenta mayor llegada de migrantes, generando un aumento en la demanda de los servicios de salud, principalmente de mujeres mayores de 35 años, que constituyen la población con mayor riesgo de sufrir estas patologías.

Y es que de acuerdo con la Revista Colombiana de Cancerología, durante el 2023, el cáncer de mama y de cuello uterino fueron las principales patologías de cáncer en las mujeres que afectan a las mujeres; siendo el primero uno de los de mayor incidencia, del cual se registran alrededor de 7.000 diagnósticos positivos y 2.250 muertes al año.

Panorama local

En el caso de Cúcuta, Taiz del Pilar Ortega, secretaria de Salud del municipio, señaló que al cierre de la semana epidemiológica 30 se registraban 267 casos de cáncer de mama, 40 casos más de los detectados en 2023 en el mismo período, “eso es un número importante”, dijo la funcionaria.

En este sentido, recordó la importancia de una detección temprana e invitó a las mujeres de Cúcuta y el departamento a asistir a las jornadas de tamizaje.

En cuanto al panorama en Norte de Santander, Fernando Álvarez, director del Instituto Departamental de Salud, indicó que el número de casos a la fecha es de 166, sin embargo, reconoció que existen dificultades para la detección, dejando entrever que podrían ser más, de ahí la importancia de jornadas como la celebrada en conjunto con Usaid y Roche.

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“En la medida que ampliemos la cobertura seguramente podremos detectar más casos, pero al mismo tiempo brindar de manera oportuna el tratamiento correspondiente y frenamos el avance de la enfermedad”, dijo Álvarez.

Afirmó que el objetivo es reducir la brecha de tiempo entre el momento de la detección de la enfermedad y el inicio del tratamiento, que actualmente está entre los 100 y 130 días, “el reto ahora es que sea máximo de 45 a 50 días, bajar a más de la mitad del tiempo”, dijo el director del IDS.

“Cuando hablamos de cáncer, el tiempo es demasiado importante, significa vida, significa esperanza, entonces uno de nuestros objetivos está siendo principalmente asegurar que esos tiempos de detección temprana ocurran, pero también ayudar a la ruta de atención para que esa paciente pueda llegar lo más pronto a su tratamiento”, reiteró por su parte Marieli Alfonzo.

Alianza por un año

Esta alianza es un paso estratégico en la búsqueda de la salud como un servicio universal, más incluyente, accesible, humanizado y de mejor calidad para cada persona.

“La clave es que garanticemos que todas las personas tengan la oportunidad de recibir la atención médica que requieren, indiferente de su nacionalidad, especialmente en territorios como Cúcuta que actualmente cuenta con 217.178 personas migrantes (32,5% mujeres en edades de riesgo, según Migración Colombia)”, dijo el Gobernador de Norte de Santander, William Villamizar.

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El alcalde de Cúcuta, Jorge Acevedo, destacó que “este es un paso adelante para implementar mejoras significativas en la detección temprana y prevención del cáncer, que es crucial para reducir los riesgos asociados a estas enfermedades”.

 La alianza, vigente hasta abril de 2025, se suma a las estrategias de movilización de recursos y de fortalecimiento institucional que el Programa Comunidades Saludables de USAID ha venido desarrollando los últimos cinco años en los territorios con mayor población migrante, integrando los conocimientos y recursos del sector privado junto a los esfuerzos de los gobiernos locales para mejorar la salud pública.

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