Los hechos ocurridos en la madrugada del pasado domingo en el sector de Natilán, Ciudadela de Juan Atalaya, abrió de nuevo el debate sobre el control policial que se tiene sobre las zonas rosa a las que acuden los cucuteños a divertirse.

Por una parte, las quejas que se escucharon tras ese episodio fueron atribuidas al exceso de consumo de licor por parte del protagonista de los hechos, pero de igual manera a la extensión del horario en bares y discotecas de Natilán que se hizo recientemente por la Alcaldía.

Dichos horarios para estos negocios ubicados en la avenida principal de Natilán desde la calle 5N y desde la avenida 26B hasta la avenida 17, quedaron los días viernes y sábado hasta las 3 de la mañana, y el domingo hasta las 2 de la madrugada. De lunes a jueves, el horario permitido es de 10 a. m. hasta las 12 de la noche.

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Lo que señalaron residentes del sector es que los días domingo el horario para estos negocios no debe exceder las 12 de la noche, tal como lo había prometido el alcalde Jorge Acevedo, en una clara respuesta a las peticiones que se habían hecho por parte de los vecinos para descansar de la bulla, los escándalos y las riñas.

Se habló también que muchos de los negocios presentes en Natilán no cuentan con uso de suelo autorizado, lo que entraría en riña con el Plan de Ordenamiento territorial, “e incitando a que lleguen más negocios a abrir sus puertas a esta zona”, dijeron vecinos a La Opinión.

Consultado el secretario de Gobierno, Miguel Castellanos, sobre lo sucedido en la madrugada del pasado domingo, indicó que las medidas que se adoptarán saldrán del Comité Civil de Convivencia que se convocará.

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“Vamos a citar a los comerciantes para firmar un acta de compromiso, revisar el comportamiento del delito en el último mes y dependiendo de los hechos se tomarán decisiones respecto del horario de funcionamiento de los establecimientos”, señaló el Secretario de Gobierno.

Las sanciones

Una fuente judicial aseguró a La Opinión que tras las investigaciones realizadas en este caso, se presume que el hombre salió del lugar tras una discusión con su pareja sentimental.

Los daños causados fueron en presencia de dos uniformados de la Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) quienes se quedaron impávidos ante el hecho. Al menos una docena de hombres reaccionó a golpes hacia el conductor y al vehículo, sin embargo, una mujer, quien manifestaba ser hermana del joven borracho, impidió que lo acabaran a golpes. Todo ocurrió en la calle 4 entre avenidas 20 y 21, generando caos entre los habitantes.

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Las sanciones que aplicó la Seccional de Tránsito y Transporte (Setra) de la Mecuc que atendió el caso fueron: un comparendo por conducir en estado de embriaguez de tercer grado y por eso tendrá que responder por una multa de $49 millones, la máxima en estas instancias. Según el capitán Pablo Palacios, jefe de Setra de la Mecuc, el joven se enfrenta a un proceso penal porque 2 de los siete motorizados implicados decidieron denunciarlo penalmente por el delito daño en bien ajeno.

Al hombre le fue incautada la licencia de conducción y su vehículo fue inmovilizado por 20 días, mientras avanza la investigación en su contra. 
 
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