Funcionarios del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec),  no han sido ajenos a la ola de crímenes en estos últimos 24 años.

La Opinión hizo recorrido por los archivos para recordar cada uno de los episodios que han estremecido a esta capital fronteriza.

De los asesinatos no han escapado directores encargados, guardianes activos y exfuncionarios que prestaron sus servicios durante varios años.

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En su momento las autoridades dijeron que ninguno de los crímenes tenían relación y aseguraron que fueron motivados por actores y causas diferentes.

Hernán Darío Mejía Petrochelli

El abogado cucuteño, Hernán Darío Mejía Petrochelli, egresado de la Universidad Libre, director (e) de la Penitenciaría de Cúcuta fue asesinado por dos hombres el 6 de agosto de 2002, a las 8:00 de la mañana, en la calle 13 con avenida 4 y 5 del barrio García Herreros, cuando se dirigía al trabajo.

Estuvo vinculado durante 17 años al sistema penitenciario como funcionario de la antigua Cárcel Modelo.

Durante ese tiempo fue escalando posiciones hasta ocupar el cargo de secretario general y subdirector de la Penitenciaría de Cúcuta, donde le correspondió en varias ocasiones ponerse al frente de la institución en ausencia del titular, como el día en que lo sorprendió la muerte.

 Oscar Galvis Solano

Oscar Galvis Solano, de 40 años, ex director de la Penitenciaría de Cúcuta, natural de San Gil (Santander), fue asesinado en la trasversal 19 con Canal Bogotá de la urbanización Zulima, al nororiente de Cúcuta, el 3 de marzo de 2005 a las 4:30 de la tarde.

El ex funcionario se encontraba dentro de un taller mecánico donde había llevado a reparar el vehículo Kia Río, de placas MCZ-69H, cuando fue sorprendido por un sicario, que le disparó en repetidas ocasiones, causándole varias heridas.

El agresor fue recogido en una moto RX100, azul.

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Según allegados, el abogado Galvis Solano había sido amenazado, por lo que pensaba viajar a Bucaramanga, a radicarse en esta ciudad junto a su esposa e hijos. Había sido destituido del cargo el 4 de noviembre de 2004 por el director del Inpec, general (r ) Ricardo Emilio Cifuentes, que nombró en su reemplazo a César Emilio Osorio Manosalva.

Laureano Bastidas

Laureano Bastidas, ex guardián de la Penitenciaríade Cúcuta, fue asesinado cuando descansaba en su residencia, en el barrio San Luis, el 7 de mayo de 2005.

Según los ex compañeros, tenía pocos meses de haberse retirado del Inpec, y desde entonces se había dedicado al comercio.

Harbey Niño Villarreal

Harbey Niño Villarreal, el guardián de la Penitenciaría de Cúcuta, asesinado, estaba amenazado. Fue acribillado dentro de una buseta de servicio público en Sevilla, el 17 de mayo de 2005, a las 9:30 de la mañana. Habría recibido amenazas, por lo que solicitó a sus superiores el traslado a otra ciudad y protección para su vida, según familiares y compañeros de trabajo.

Tenía 30 años, natural de Bucaramanga (Santander), con domicilio en Tierra Linda (Los Patios), casado y padre de tres hijos. Estaba asignado al patio nueve del penal, llamado el “Titanic”, donde buena parte de los internos están condenados o sindicados por paramilitarismo.

A la Penitenciaría llegó  una carta con amenazas, indicando que lo iban a secuestrar o asesinar, situación que fue del conocimiento del director de esta institución, César Emilio Osorio Mansalva, según explicaron. Fue sepultado en la capital de Santander.

Eduard Alexis Granados Flórez

El cabo Eduard Alexis Granados Flórez salió  a las 6 de la mañana, de su casa, en el barrio García-Herreros, con rumbo a la Penitenciaría de Cúcuta, donde trabajaba como guardia inspector del Inpec.

El funcionario, de 36 años, salió caminando desde su residencia con dirección a la cárcel, el 8 de abril de 2015, pero tres cuadras más adelante, un hombre que vestía camiseta gris, yín y zapatos deportivos lo interceptó. El desconocido sacó un arma y le disparó en repetidas oportunidades a Granados.

El coronel Jaime Barrera, comandante de la Policía Metropolitana, de entonces, aseguró que tuvieron conocimiento de las amenazas contra varios funcionarios del Inpec.

Hernán Melo Ayala

 Hernán Melo Ayala, jefe de la policía judicial del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), fue asesinado en octubre de 2018.

“Quienes lo conocimos, sabíamos que él no se prestaba para ningún ‘torcido’ y eso fue lo que motivó su muerte, porque jamás supimos de problemas de otra índole; además, él ya había comentado que lo tenían amenazado”, dijo una persona allegada a la víctima. Melo, tenía el rango de ‘distinguido’.

Al parecer, Ronald Rincón tomó represalias contra el funcionario judicial, por lo que ordenó su asesinato.

El hecho ocurrió la tarde del martes 23 de octubre de 2018, cuando Melo iba a entrar a su casa, ubicada en la avenida 0 entre calles 13 y 14, del barrio Motilones, en la ciudadela Juan Atalaya.

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Una de sus hijas de 8 años presenció el indiscriminado ataque a bala que acabó con la vida de su ser querido. “La niña le lanzó las llaves para que abriera el portón y luego le empezaron a disparar a él”, recordó en ese momento un testigo del crimen. Esa tarde, un hombre de aspecto joven y delgado, esperó hasta que Melo se bajara del vehículo para impactarlo en al menos ocho oportunidades. Después, huyó del lugar sin dejar ningún rastro. Se acababa de pensionar.

Jhon Jairo Roa Peñaranda

 Jhon Jairo Roa Peñaranda, quien trabajó durante 20 años en el Inpec, fue asesinado el 11 de julio de 2020, en la calle 13 con avenida 3, del barrio Comuneros, mientras se fumaba un cigarrillo, en presencia de su hijo.

Dos hombres, que se movilizaban en dos motocicletas cometieron el crimen.

Uno de los agresores se acercó por la venta del copiloto y le disparó a la víctima, mientras que su cómplice lo esperaba algunos metros más adelante.

Cabe recordar que el hecho quedó registrado en cámaras de seguridad instaladas en el sector.

Roa Peñaranda, quien también era abogado, se había pensionado hacía dos semanas del Inpec, donde trabajó como guardia por más de 20 años.

Una de las hipótesis indicó que el homicidio se desencadenó por un problema que tuvo la víctima con un interno de la cárcel, explicó la fuente judicial en ese entonces.

El Inpec conoció, que su muerte se produjo, porque él detectó algunas irregularidades en el patio 13, donde en ese momento estaba detenido Ronald Rincón Reyes, alias La R, (asesinado en zona rural de Aguaclara en julio de 2020.)

Reyes Wilfredo Sánchez García

El 7 de mayo,  de 2005, a las 6:30 de la mañana, fue acribillado cuando se dirigía a su trabajo el guardián Reyes Wilfredo Sánchez García, de 34 años, cerca de su casa de Prados Norte.

Eliseo Vera González

El guardián de la Penitenciaría Nacional de Cúcuta, Eliseo Vera González, fue asesinado de cuatro disparos, en el barrio Trigal del Norte de Cúcuta.

El caso ocurrió, ayer, a las 6:30 de la mañana, cuando salía de la vivienda con destino al trabajo, según el informe policial. Se desempeñaba como funcionario del Instituto Nacional Penitenciario (Inpec) desde hacía 16 años, y no se conocía de amenazas en su contra, dijo el coronel Jorge Iván Flórez, comandante de la Policía en Norte de Santander, en esa oportunidad.

Omar Camacho Bastos

Omar Camacho Bastos  llevaba varios años trabajando como guardián del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec), fue asesinado el 6 de junio de 2008.

Según algunos testigos, Camacho Bastos estaba departiendo con un familiar en un negocio ubicado en el barrio San Luis. Probablemente se quedó sin dinero, por lo que decidió ir hasta un cajero automático de una corporación bancaria que hay cerca del lugar, a retirar. Cuando el hombre retornaba al negocio unos sujetos lo interceptaron y lo amedrentaron con un arma para que entregara el dinero que llevaba.

Diego Armando Osorio

El guardián del Inpec Diego Armando Osorio Ochoa, de 24 años, fue asesinado el 3 de junio 2008 en la calle 35A con avenida 3 del barrio La Concordia.

El asesino salió de una zona boscosa y atacó al funcionario cuando se movilizaba en una moto. Iba para una misa por la  celebración del Día del Guardián. La víctima fue llevada rápidamente al hospital de Cúcuta. Sin embargo, falleció por el impacto de  al menos tres balas.

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