Dos décadas tardó la espera para que a una familia entera de Cúcuta le fuera reconocido la indemnización por sufrir en carne propia los vejámenes del conflicto armado.
Se trata de la familia López López. Ellos componen un núcleo de ocho personas afectadas por el desplazamiento forzado que recibió en Cúcuta las cartas de indemnización por parte del Estado.
Lleno de nostalgia por lo vivido hace más de 20 años llegó al auditorio de Comfaoriente, en Cúcuta, Ramón López, un hombre sencillo y educado quien recordó su desplazamiento a Cúcuta en compañía de su esposa y seis hijos, dos de ellos con discapacidades.
El rostro de este padre de familia refleja en sus expresiones el dolor causado por el desarraigo de su tierra en la década de los 90, cuando un grupo armado ilegal obligó a los López a salir del municipio de Sardinata (Norte de Santander) por no acceder a las pretensiones de vinculación a esa estructura al margen de la ley.
Fuera de micrófonos, sus hijos recordaron las intimidaciones sufridas y otros hechos que afectaron la convivencia de su hogar. Esto los llevó a emprender un nuevo estilo de vida que no fue fácil de asumir, pero con amor, unión y esfuerzo lograron sobreponerse a las dificultades. Ramón López, acudió a la minería como fuente de ingreso y logró sacar adelante a sus hijos con una educación formal.
Hoy es abuelo
En medio de sus vivencias y de las secuelas dejadas por el conflicto armado, Ramón López ve el pasado como una oportunidad que les permitió aprender y avanzar. Acompañado de su esposa y de sus seis hijos llegó a la primera jornada de indemnización que realizó la Unidad para las Víctimas en el 2022 en la capital de Norte de Santander.
“Ahorita sí me encuentro muy bien, tranquilo, le doy gracias a ustedes por lo que hacen con nosotros y esto me sirve muchísimo”, dijo el jefe del hogar en medio de los sentimientos encontrados que generó la situación.
Con un acto de dignificación en nombre del Gobierno nacional, la Unidad para las Víctimas reconoció los daños causados por conflicto armado y exaltó su compromiso y entrega por la reconstrucción del tejido familiar y social. Los beneficiarios de la jornada de indemnización conocieron la oferta institucional que presentó la Unidad para un uso adecuado de los recursos recibidos por la reparación individual.
“Queremos agradecer al Sena, Supersalud, Gobernación de Norte de Santander y la alcaldía de Cúcuta por su vinculación a estas jornadas que tienen por objetivo orientar a las víctimas en temas educativos, de salud y vivienda para lograr mejorar las condiciones de vida de esta población afectada por la violencia” manifestó, la directora territorial, Johanna Gelvez Ascanio.
Luis López, hijo, resaltó el compromiso del Gobierno por avanzar en los procesos de reparación que, en el caso de esta familia, registraba un proceso de más de dos décadas.
“Necesito unas gafitas para mí porque ya no veo, y lo que necesite mi hijo para el estudio y lo que quede para la comida”, dijo su padre.
En medio de la alegría que originó el proceso de notificación, la Unidad para las Víctimas les hizo entrega de kits familiares que contienen ropa, calzado y otros elementos que contribuirán a satisfacer sus necesidades. En estas jornadas se entregaron indemnizaciones por más de $600 millones a alrededor de 120 personas.
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