Un terreno, que alguna vez fue usado para el servicio de la comunidad del barrio Comuneros, es ahora el refugio de habitantes de calle y consumidores de estupefacientes, quienes amenazan la seguridad de los residentes.
El predio, ubicado entre el Centro Tecnológico de Cúcuta y una sede del colegio San Bartolomé, se encuentra desvalijado y abandonado. Algunas de sus paredes están en ruinas, su piso está lleno de escombros, basura, desechos humanos y de animales. Al entrar, se siente un ambiente pesado, combinado, con el mal olor.
Según cuentan los vecinos, y algunos trabajadores del sector, la vivienda fue utilizada por una IPS (Instituto Prestador de Salud) hace algunos años, pero desde hace dos meses, se han ido apropiando de ventanas, tejas, el portón de la entrada, vigas, sanitarios, lavamanos, redes eléctricas, lámparas, contadores de servicios públicos, entre otros.
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“Los ‘chirretes’ (consumidores de drogas) han venido robando todo, comenzaron con los vidrios, las puertas, el techo y demás, incluso, mi hija vendía tinto ahí y de un momento a otro volvieron eso nada. Es más, sé que se metieron al Centro Tecnológico y hurtaron la batería de un carro”, dijo Marisol Ramírez, ciudadana.
La comunidad también denunció que el espacio es usado como baño público, ya que muchos consumidores, y algunos transeúntes, entran a hacer sus necesidades, afectando la salud de quienes caminan por la zona.
Para Sara Gutiérrez, presidenta de la Junta de Acción Comunal de Comuneros, el problema con los habitantes de calle es muy preocupante, pues afirma que han saqueado cables de luz en varios espacios y parques del barrio.
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