El año 2024 comenzó con un alza de $600 en el galón de la gasolina, como lo había adelantado el ministro de Hacienda, y desde ayer, el precio de este combustible subsidiado (exento) cuesta en promedio $13.625, en Norte de Santander, mientras que el nacional quedó costando $15.164.
De acuerdo con el experto Henry Amorocho Moreno, profesor de Hacienda Pública, Tributación y Presupuesto de la Universidad del Rosario, con este aumento ya se terminaría el ciclo alcista que el Gobierno ha mantenido desde octubre de 2022, para cubrir el déficit del Fondo de Estabilización de Precios de Combustibles (FEPC), porque “no hay ninguna razón” para que continúe el ajuste mensual.
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Indicó que “la sola acción de incrementarle su precio en $600, comenzando el año, es una irracionalidad”. Agregó que el dinero que, ahora, no se necesita para la gasolina ha pasado a subsidiar en la ACPM o diésel.
“Sin embargo, el Gobierno decidió sostener hasta enero ese aumento y decir que la brecha ya terminó; y termina por esa sencilla razón: en Colombia hoy es más alto el precio que el internacional, el cual está entre 2.000 y 2500 pesos más barato”, aseguró Amorocho.
Al anunciar el alza del primer mes del año, el Ministerio de Hacienda insistió que, incluyendo este ajuste, Colombia sigue teniendo uno de los precios de la gasolina y del diésel más baratos de América Latina, debido a la operación del FEPC, “el cual ha mitigado la presión inflacionaria de los incrementos de los precios del petróleo y sus derivados en los últimos meses”.
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¿Debe subir el diésel?
Antes de que se terminara el 2023, el presidente Gustavo Petro reculó en su decisión de comenzar las alzas en el ACPM, por lo que seguirá congelado, por ahora, en $9.065 el precio promedio nacional y $7.089 el subsidiado (exento) para el departamento.
“No habrá perjuicio a camioneros y transporte público, en tanto, mantendremos los subsidios en el ACPM, pero promoveremos una política de transformación de la energía a fuentes más limpias”, resaltó Petro.
El experto tributario Henry Amorocho afirmó que ha sido muy normal pensar que el diésel no debería subir de precio. “Me resisto a creer que el aumento del diésel, que se refleja en el IPP (Índice de Precios al Productor), porque es un sector de la producción, no se traduzca un aumento en el IPC (Índice de Precios al Consumidor); eso casi siempre ha tenido la misma correlación”, añadió.
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El académico recordó que han hecho cálculos en el Minhacienda que dicen que esa correlación ya no da 1%, es decir, que se asuma pleno el aumento del IPP, sino que simplemente impacta en un 0,65% por unas regresiones de tipo econométrico que hacen analistas de la unidad macroeconómica.
“Creo que el precio del diésel en circunstancias como las de este año va a pasar pleno e, indiscutiblemente, no garantiza que no afecte el IPC. Desde luego, es posible que por la labor que tenga el Banco de la República de bajar la tasa de interés y que la inflación se vaya comportando a la baja, el efecto no vaya a ser tan alto”.
Henry Amorocho recalcó que todo aumento en el precio del diésel se refleja en el IPC y que, en el caso de Colombia, golpea a la población vulnerable, porque suben los costos de transporte de movilización de productos agropecuarios, por lo que van a aumentar los precios de los alimentos.
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