Ángel Barajas es un deportista humilde, sencillo, creyente, visionario y con una disciplina digna de admirar. El pasado 5 de agosto, en el Bercy Arena, obtuvo un logro que buscó desde que inició en el deporte hace 12 años: ser medallista en unos Juegos Olímpicos y lo cumplió tras ganar la plata en barra fija de la gimnasia artística de París 2024.
Su presentación fue impecable y le ha dado la vuelta al mundo. El joven atleta, que mañana cumplirá 18 años, llenó de orgullo no solo a Cúcuta y Norte de Santander, sino a toda Colombia que supo valorar la tenacidad del prodigio de la gimnasia latinoamericana.
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De la mano de su entrenador Jairo Ruiz firmó un hito para el deporte colombiano que nunca antes vio a un gimnasta en un podio olímpico. Barajas lo hizo con una nota de 14.533, la misma que el campeón Shinnosuke Oka, quien ganó el oro por una mejor calificación en la ejecución.
“Me sentía tranquilo, sabía que iba a hacer las cosas bien. Cuando estoy en una final trato de pensar que es un campeonato normal para no tener ansiedad, quería presentarme y hacer mi rutina. Todo salió como lo esperábamos con la rutina completa”, confesó Barajas en diálogo con Cristian Verbel, CEO de La Opinión.
Un campeón soñador
El resultado de Ángel no fue una sorpresa. Desde que llegó a la práctica, a sus cinco años, empezó a crecer deportivamente y sobresalió en las categorías de Grupo de Edades y Juvenil logrando medallas en Juegos Nacionales, campeonatos nacionales, panamericanos y suramericanos, Juegos Suramericanos de la Juventud, Mundial Juvenil y en el circuito de Copas Mundo 2024.
En las Copas Mundo de El Cairo, Cottbus, Bakú y Doha, celebradas en el primer trimestre, el cucuteño logró su clasificación a París 2024. En marzo estuvo unos días en la capital de Norte de Santander antes de partir a Madrid para concentrar por tres meses previo a un campamento en Francia y adentrarse a la Villa Olímpica.
“Cuando uno quiere algo, lucha por eso. Si tienen un sueño, vayan por él. El recorrido de las Copas Mundo, las clasificatorias, las concentraciones en España y Francia me ayudaron a cambiar de mentalidad. Hay que trabajar muy fuerte, ser muy disciplinado. Entrenar y trabajar para ser los mejores y ser agradecido con Dios”, contó el gimnasta que se entrena, a diario, ocho horas.
En la Villa, el seleccionador Ruiz decidió decomisar el celular del –a la postre- medallista olímpico.
“No me gustó mucho la idea, pero en parte fue muy bueno. Estaba solo y el celular era una de las formas de distraerme y pensar en cosas que no me servían. Las redes sociales distraen. Pude interactuar y disfrutar de la Villa”, confesó el juvenil que de niño imitaba a Sportacus, personaje de la serie animada Lazy Town.
Esa concentración total daría su fruto en la final. Barajas fue el tercero -entre los ocho finalistas- en salir a exponer su esquema y tras su presentación, los deportistas que prosiguieron presentaron caídas.
“El día de la final, en la fila donde estábamos sentados (deportistas y entrenadores), se sentía la tensión y el estrés. Dije: acá ganará el que esté más tranquilo y enfocado. Agradezco que me haya tocado en el primer grupo”, comentó Ángel, quien tuvo como referente a Jossimar Calvo, con quien se ha entrenado desde sus inicios.
‘Sufrí lo que tenía que sufrir’
Culminada la prueba, Jairo Ruiz estalló en llanto mientras abrazaba a su pupilo sabiendo que el desarrollo de la rutina completa daría resultado. Ángel, por su parte, estuvo sonriente de principio a fin.
“Me decían que ¿por qué no lloraba? Yo ya lloré lo que tenía que llorar. No me gusta como suena, pero sufrí lo que tenía que sufrir. Son muchos altos y bajos, hay días en los que las cosas no salen como uno quiere, ahí uno se frustra demasiado. Entraba al gimnasio y no quería hacer nada, pero uno insiste y es resiliente. Hay días en los que me he quedado dos horas más llorando, fallando, con ampollas en las manos, pero aun así, trabajando.
Hay veces que uno no entiende la situación, no sabe qué hacer, pero son aprendizajes. Me gusta ser perfeccionista, superarme a mí mismo. Aprendí que cada fallo es un aprendizaje, los analizo y corrijo”, subrayó el medallista olímpico.
Los Ángeles 2028
Barajas fue recibido en Cúcuta por miles de personas que lo acompañaron en una caravana en la que estuvo montado en carro de bomberos por segunda vez, recordando que en 2023 también lo hizo luego de sus cuatro medallas en el Mundial Juvenil.
Al otro día, el deportista ya se estaba entrenando en el coliseo Eustorgio Colmenares pensando en las próximas olimpiadas.
“Desde ya tengo la mira enfocada en Los Ángeles. El próximo año empieza el ciclo olímpico, tengo que retomar ejercicios de todos los aparatos. Estoy en la base para cumplir con la meta de ir con el equipo completo, es una medalla que nos falta”, dijo el cucuteño criado en el barrio Trigal del Norte.
La disciplina, la base de sus triunfos
Lo ofrecido por Barajas no es algo de azar y una muestra de ello es que –pese al cansancio propio del viaje y el recibimiento- estuvo presto para entrenarse y dejar ver su deseo de ir por más.
“Los jóvenes de hoy en día son de salir a fiestas, compartir con los amigos… he sacrificado todas esas cosas, las he apartado por estar aquí. Prefiero estar ocho horas aquí (en el coliseo), que estar haciendo cosas que no son buenas para mi salud, y no digo que no quiera a veces ir a una fiesta o compartir, lo hago cada vez que puedo y tengo tiempo.
Son pequeños detalles que se ven y esfuerzos que uno hace para salir adelante. Lo seguiré haciendo mientras siga aquí. No estoy arrepentido y estoy centrado en mi futuro”, aseguró.
La figura de Jairo Ruiz
Desde su llegada a la gimnasia, su tutor fue Jairo Ruiz Casas, seleccionador nacional de Colombia con más de cuatro décadas dedicadas a la formación.
“Es una persona que aprecio mucho. Me inculca que debo estudiar, que no siempre estaré viviendo de esto (gimnasia), me dice que me eduque, me recalca la humildad. No quiere que cometa errores que cometieron otros deportistas. Es una persona muy importante para mi vida deportiva y personal”, afirmó Ángel, quien ve a Ruiz como un ‘padre’.
El semillero de Norte
Detrás del olímpico viene una camada de prospectos en los Grupos de Edades de la gimnasia colombiana formados en Cúcuta por Ruiz y su grupo de ocho asistentes.
“En el grupo (de Norte de Santander) hay muchos deportistas buenos, muchos talentos disciplinados y a su corta edad ya tienen claro lo que quieren. Con lo que pasó (medalla en París), seré su referente y me querrán superar y eso me hace feliz. Es la generación que viene y ojalá que traigan muchos triunfos y resultados”, expresó Ángel, quien agradece constantemente el apoyo de las autoridades locales, entidades y empresas privadas.
Un deportista lleno de fe
“Fue voluntad de Dios”, dijo el cucuteño en París tras recibir la presea de plata. Barajas es cristiano y en diferentes diálogos a lo largo de los años, ha comentado que su fe es un factor clave para su desempeño.
“Para mí es lo más importante el estar de la mano de Él. Voy a una iglesia en la que Dios habla y (el resultado) fue una promesa de hace 13 años. Me preguntaba ¿en cuál momento pasara?, pero no es el tiempo de uno sino el de Dios. Me doy cuenta de que no hay que afanarse, todo a su tiempo, la palabra se ha cumplido”, reconoció.
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