La próxima edición de la Milán-San Remo, el próximo 20 de marzo contará con una nueva subida, el colle di Giovo, situado poco antes de Savone, que sustituirá al Turchino, impracticable debido a un corrimiento de tierra, anunció este jueves la empresa organizadora (RCS).
La primera gran clásica de la temporada constará de 299 kilómetros de longitud, y los corredores deberán ascender los tradicionales Cipressa y el Poggio, las dos últimas dificultades del recorrido.
La 112 edición de la mítica prueba concluirá como en años precedentes en la Vía Roma, en el corazón de San Remo, donde el belga Wout Van Aert se impuso el año pasado.
La carrera, desplazada de marzo a comienzos de agosto, se había disputado el año pasado sobre un trazado en gran parte inédito después de que varias autoridades municipales no dieran permiso al paso del pelotón por sus localidades.