La Selección Colombia ha enfrentado numerosas sanciones debido a los bochornosos incidentes protagonizados por sus aficionados en diversos estadios y ciudades. Estos eventos no solo han manchado la reputación del equipo, sino que también han resultado en penalidades significativas en el fútbol colombiano.
El pasado domingo, antes de la final de la Copa América en el estadio Hard Rock de Miami, se registraron nuevos disturbios. Según informó la agencia AFP, “la Policía de Miami-Dade arrestó a un total de 27 personas tras el caos y los desmanes registrados en el estadio Hard Rock, sede de la final de la Copa América, donde cientos de personas sin boletos cruzaron los cercos de seguridad del recinto”.
Además, otras 55 personas fueron desalojadas del estadio. Este comportamiento indebido ensombreció la jornada en la que Argentina se coronó campeón tras vencer a Colombia por 1-0.
Respecto a la sanción que recibirá la selección tricolor, por el mal comportamiento de la hinchada, se anunció que Colombia no tendrá el aforo completo para el partido contra Argentina de la Eliminatoria al Mundial del 2026 que se jugará en septiembre en el estadio Metropolitano de Barranquilla.
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Este no es un hecho aislado. En enero pasado, el Comité de Disciplina de la Fifa sancionó a varias selecciones, incluyendo a Colombia, por incidentes en los partidos de clasificación para el Mundial 2026.
En aquella ocasión, se impuso una multa de 30,000 francos suizos (más de 137 millones de pesos colombianos) a la Selección Colombia por retrasos y comportamientos discriminatorios de su afición. Además, se multó con 500 francos suizos adicionales (cerca de $2’300.000) por lanzamiento de objetos y retrasos en el partido contra Uruguay en octubre.
Y sentenció: “La Comisión de Disciplina impuso a su vez otra multa de 50.000 francos suizos al conjunto colombiano, condicionada a cumplir el citado plan en un plazo de seis meses”.
Según confirmó El Tiempo, el Metropolitano que tiene una capacidad para 42,700 aficionados, verá reducido su aforo a 32,025 debido a estas sanciones. Esto significa una pérdida significativa en términos de taquilla y un golpe económico para la organización del evento.
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La reducción de 10,675 asientos representará una merma considerable en los ingresos por venta de boletos.
Estos incidentes llaman a una reflexión profunda sobre el comportamiento de los aficionados y las medidas necesarias para evitar que tales situaciones se repitan. La pasión por el fútbol debe vivirse con respeto y civismo, asegurando que los estadios sean espacios seguros y agradables para todos los asistentes.
La Federación Colombiana de Fútbol, junto con las autoridades pertinentes, debe trabajar en estrategias efectivas, y dar ejemplo, para educar y controlar a los hinchas, promoviendo un ambiente positivo que refleje el verdadero espíritu deportivo.
En conclusión, la Selección Colombia enfrenta un desafío no solo en el campo de juego, sino también en la gestión del comportamiento de sus aficionados. Es imperativo que se tomen medidas decisivas para garantizar que el apoyo a la selección se exprese de manera respetuosa y constructiva, evitando así futuras sanciones y promoviendo un entorno deportivo más sano y seguro.
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