Spirit Airlines, conocida por ser una de las principales aerolíneas de bajo costo, se declaró oficialmente en quiebra bajo el Capítulo 11 en Nueva York. La compañía enfrenta un difícil panorama financiero, con deudas estimadas entre 1.000 y 10.000 millones de dólares, según documentos judiciales.
La quiebra se da tras varios golpes: el rechazo judicial a su fusión con JetBlue Airways, valorada en 3.800 millones de dólares, y la creciente competencia de grandes aerolíneas que han bajado sus precios para atraer a los pasajeros que optaban por Spirit. Además, tampoco prosperaron sus conversaciones para fusionarse con Frontier Group Holdings.
En un comunicado, Spirit explicó que ha alcanzado un acuerdo con la mayoría de sus acreedores para reestructurar su deuda. El plan incluye que los actuales tenedores de bonos tomen el control de la empresa, que dejará de cotizar en bolsa, y que se conviertan 795 millones de dólares en deuda en acciones.
También recibirán una inyección de 350 millones de dólares en capital fresco y 300 millones más como financiamiento durante el proceso de reestructuración.
La aerolínea no ha podido recuperarse del impacto de la pandemia de COVID-19, sumado a las pérdidas anuales desde 2020. En lo que va de 2024, sus acciones han caído un 93%. Para intentar captar más viajeros, Spirit lanzó nuevas estrategias, como ofrecer más espacio en sus asientos y equipaje facturado gratuito, pero la medida llegó demasiado tarde.
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Spirit sigue el camino de otras aerolíneas, como la brasileña Gol, que también recurrieron al Capítulo 11 en Nueva York para enfrentar sus crisis financieras. Mientras tanto, el futuro de los vuelos de Spirit en Estados Unidos y Colombia queda en el aire, a la espera de cómo avance este proceso.
Spirit Airlines en turbulencia financiera: ¿cómo impacta a Colombia?
El eco de los problemas financieros de Spirit Airlines ya llegó a Colombia. La aerolínea estadounidense, que transportó más de 637.000 pasajeros en el mercado nacional entre enero y agosto de este año, enfrenta un panorama crítico mientras negocia con sus acreedores para evitar declararse en quiebra bajo la Ley de Quiebras en Estados Unidos.
Spirit, conocida por su estrategia de ultra bajo costo, logró una expansión notable con tarifas económicas y cobros adicionales. Desde 1992, adoptó su actual nombre comercial y para 2023 operaba una flota de 205 aviones Airbus, conectando 93 destinos en 15 países, incluidos nueve en América desde Colombia.
El país ha sido un mercado clave para la aerolínea, con un crecimiento del 234% en pasajeros transportados durante la última década, según datos de la Aeronáutica Civil. Sin embargo, los problemas financieros comenzaron a limitar su operación.
La consultora en temas aeronáuticos, Claudia Velásquez, señaló a La República que Spirit ya había reducido frecuencias y rutas directas en Colombia, un ajuste que podría indicar sus apuros económicos.
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De salir del mercado colombiano, los expertos consideran que la demanda sería absorbida por otras aerolíneas locales y estadounidenses. No obstante, se perdería la conectividad directa con algunos destinos que Spirit cubría exclusivamente, como Fort Lauderdale, en Florida, lo que podría afectar a los viajeros habituales de esas rutas.
Spirit inició el servicio en Bogotá y Cartagena hace 15 años, y desde entonces se han agregado Armenia, Barranquilla, Cali, Medellín y Bucaramanga a su mapa de rutas.
Un salvavidas que no llegó a Spirit
Como se dijo, la situación financiera de Spirit se agravó tras el bloqueo de su fusión con JetBlue Airways, un acuerdo de 3.800 millones de dólares frustrado por motivos antimonopolio. La compañía tampoco logró unirse a Frontier Group, dejando pocas opciones para estabilizar su negocio.
A nivel global, Spirit reportó ingresos de 1.280 millones de dólares en el segundo trimestre de 2024, pero con pérdidas netas de 192 millones. Aunque en Colombia aún figura entre las 10 aerolíneas con más pasajeros y hace parte de las empresas más grandes por ingresos, en 2023 registró una caída del 13% en facturación y arrastra pérdidas desde hace cuatro años.
Por ahora, las negociaciones con acreedores y la búsqueda de financiamiento serán clave para determinar si Spirit logra mantenerse en el aire o si se verá obligada a un aterrizaje forzoso en la Ley de Quiebras.
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