La reciente resolución del Fondo Nacional de Vivienda (Fonvivienda), con fecha 27 de octubre, otorgó 1.678 subsidios de Mi Casa Ya, los cuales sumaron este año 43.516 auxilios económicos.
La meta del ministerio es entregar 75.000 subsidios en 2023, por lo que aún quedan pendientes 31.484. Mientras tanto, el sector vivienda sigue registrando cifras negativas, de acuerdo con la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol).
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El gerente de Camacol Cúcuta y Nororiente, Mateo Montebello, informó que, entre enero y septiembre de este año, los lanzamientos de vivienda cayeron 90,8% en Norte de Santander, frente al mismo período de 2022. El año pasado se lanzaron 2.990 unidades de vivienda, en 2023 se contabilizaron en este lapso 276.
Montebello destacó que las iniciaciones de obras de vivienda disminuyeron 68,5% y las ventas, 60,9%; por lo que todos estos números rojos lo que reflejan es “una incertidumbre por parte del constructor de lanzar proyectos, porque no tienen certeza de sus futuras ventas.
“Las iniciaciones de obra son las que mueven la economía, porque es cuando las empresas compran materiales, contratan servicios, maquinara, diseños, se generan empleos directos e indirectos. Lo que se está construyendo ahora es lo que se vendió en años anteriores, los efectos de la baja de las iniciaciones se verán el próximo año”.
El líder del sector explicó que ha habido muchos desistimientos de compra, por lo que esos inmuebles ingresan a una reventa, cuyo dato está tratando de consolidar Camacol, porque esta es una situación que no había vivido el sector.
Solo en septiembre se presentaron 78 renuncias de compradores, 69 de Vivienda de Interés Social (VIS) y 9 No VIS. En lo que va de año, se registran 969 disentimientos y de septiembre de 2022 a septiembre de 2023, 1.668 renuncias.
Es por ello que la mayoría de las transacciones de las constructoras está referida a la comercialización de los inmuebles que ya habían sido vendidos, pero cuyos trámites se echaron para atrás, de acuerdo con el gerente de Vértices Urbanos, Andrés Ramírez.
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“En realidad, lo que estamos vendiendo hoy los constructores es reventa de todos los desistimientos que se han generado a raíz del cambio en la política de vivienda. Nuestras ventas han caído entre 60% y 70%”, expresó el también vicepresidente de la Junta Directiva de Camacol.
Ramírez destacó que, con las condiciones claras de Mi Casa Ya a partir de 2023, ajustaron sus proyectos a esa realidad.
“60,9% de las familia dejaron de comprar vivienda, esto es también por las modificaciones que tuvo Mi Casa Ya. Aunque no todo es malo, porque este año se dispusieron de más subsidios, puesto que había 23.000 represados del año pasado”, agregó Mateo Montebello.
El dirigente gremial añadió que en el Congreso Nacional de Camacol, realizado días atrás en Barranquilla, la ministra de Vivienda, Catalina Velasco, anunció que se harán preasignaciones.
Así, en el momento en el que el interesado en comprar casa o apartamento, tenga su primer contacto con el vendedor, se le pueda hacer un estudio para un preaprobado de crédito y logre la reservación de un cupo de Mi Casa Ya.
Norte de Santander, más crítico
Mateo Montebello aseguró que la situación del sector en Norte de Santander es más caótica que en otra regiones del país, porque más del 80% de lo que se desarrolla en construcción corresponde a VIS, la cual ha sido el tipo de vivienda más afectada.
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En otras zonas de Colombia, las empresas constructoras tienen más participación en No VIS y obras como centros comerciales, oficinas y hoteles.
“Lo clave aquí es cuántas viviendas se han dejado de lanzar, que son las que futuramente van a generar empleo; cuántas viviendas se han desistido, cifra que estamos consolidando, y cuántas viviendas de esas que se desistieron se están volviendo a vender, cifra que tampoco tenemos y es más complicada de lograr”, añadió el gerente de Camacol.
El empresario constructor Andrés Ramírez remarcó que de 10 unidades que se construían en Cúcuta, 8 eran VIS y, de esas, al menos 7 se vendían con Mi Casa Ya, lo que refleja que sin el subsidio hay una reducción del mercado de 30% a 40%.
“Creo que a partir de las recientes elecciones, ya se puede ver un panorama más certero y se generar un poco más de certidumbre a la economía nacional, que se traduzca en un incremento en las ventas, no solamente regionales, sino nacionales”, concluyó Ramírez.
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