En cualquier administración, una inversión social tiene como objeto mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, es promover la equidad social, la construcción de capital humano, apostándole a importantes inversiones en la salud, educación, migración, empleo, entre otros.

El capital nuestro más importante es la gente, y eso se construye con mil acciones que implican la implantación de políticas públicas que contribuyan al desarrollo social, como programas de acceso a la educación, la salud, la vivienda, el empleo, y servicios básicos para todos los habitantes del municipio.

Las condiciones socio-económicas de nuestra ciudad, en más de 30 años, han estado marcadas por unos indicadores con registros equivalentes a las regiones más atrasadas del país, y sus causas están identificadas en comprender que la construcción integral de la ciudad está íntimamente relacionada con una estrategia de planeación o la ausencia de ella.

Como ciudad nunca identificamos con visión de futuro las ventajas de ser una ciudad de frontera con un vecino con una economía que lo identificaba como el país con las mayores reservas petroleras del mundo, pero que no fuimos capaces de aprovecharlas, sino por el contrario tenemos que reconocer que nuestros crecientes niveles de pobreza crecieron simultáneamente con el desplazamiento forzado interior y exterior, el narcotráfico, la delincuencia, el cierre de frontera, la COVID-19, etcétera, y quizá la mayor causa de nuestra pobreza tenemos que identificarla con la corrupción creciente en más de 20 años toda nuestra capacidad de generación de recursos fue saqueada.

Fortalecer valores, principios y virtudes, construcción de seres humanos íntegros, que saquen la cara por este entorno, que nos permita mejorar ese sentido de pertenencia, con respeto a la ética pública ha sido nuestra bandera en estos casi cuatro años.

Ese balance social, de construcción del patrimonio más importante de la ciudad que son los cucuteños, tuvo un aporte fundamental desde la Oficina de Planeación, desde la Secretaría de Desarrollo Social y Económico, desde las mismas secretarías e institutos descentralizados que abordaron las necesidades y atenciones de las poblaciones vulnerables.

Un programa como Sembrando la Migración nos ha permitido cada vez de forma más creativa colocar escaleras para que todos tengan posibilidades de recuperar su dignidad como ciudadanos de Cúcuta. El alcalde plantea lograr que nadie se considere forastero en Cúcuta.

Dejamos 154 sedes de colegios conectadas con internet gratuito porque consideramos que, sin duda, al tener el premio a la ciudad más conectada de Latinoamérica con el premio Ciudad Latam, ésta se ha convertido en la mejor herramienta de crecimiento y de fortalecimiento de la educación.

El PAE lo recibimos con 52.000 beneficiarios y lo entregamos con 78.000, el plan de alimentación escolar ha sido una de las principales herramientas para fortalecer la nutrición de nuestros niños en los colegios.
 
La educación se complementa con los afortunados momentos en los que planteamos un plan de desarrollo alrededor de la salud, una red estratégica de recuperación y construcción de sedes, abordamos ese plan con Imsalud y la secretaría de Salud, estamos a la fase 3 de dos hospitales nuevos como lo son el Policlínico de Atalaya y el Materno Infantil Virgilio Barco.

El nuevo gobierno tiene estos proyectos estructurados, con inversionistas garantizados, para emprender estos proyectos ambiciosos, esa es la cuota inicial que se complementará con el Policlínico de La Libertad, El Trigal y uno nuevo en La Fortaleza.

La construcción de capital humano también tiene gran protagonismo en los institutos descentralizados como el IMRD, el CTC, Imsalud, simultáneamente los profesores, rectores debemos seguir trabajando en defensa de nuestros niños con programas y campañas de prevención lideradas por la Policía, desarrollamos un gran trabajo, pero todavía insuficiente por los recursos disponibles.

No puedo desconocer la participación del CTC, que pasó de seis programas a 22 programas, y se ha convertido en la mejor herramienta para aprender el segundo idioma para las clases menos favorecidas, también hay que resaltar los talleres de confecciones, de marroquinería.

En estos cuatro años se han dado los primeros pasos, pero se necesita más sentido de pertenencia para consolidar que Cúcuta verdaderamente es una estrategia de todos.

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