Proclamado en el año 2000 por la Asamblea General de Naciones Unidas, el Día Internacional del Migrante hace hincapié en la protección de los Derechos Humanos de las personas que en el mundo se encuentran en esa condición.
Para los colombianos y cucuteños, el proceso migratorio de los refugiados venezolanos que han huido de las graves condiciones políticas, económicas y sociales de su país se convirtió en un asunto de la vida diaria, con el cual conviven en medio de la resiliencia.
Globalmente se calcula que existen 300 millones de migrantes, de los cuales 7.7 millones corresponden a quienes salieron de Venezuela buscando protección y una vida mejor.
Precisamente, en la celebración de esta fecha, retumba el eco del pedido de las diversas agencias de la ONU para la urgente obtención de 1.500 millones de dólares destinados a la atención de los refugiados del vecino país y a las poblaciones de acogida en América Latina y el Caribe.
El apoyo de la cooperación internacional se hace necesario para poderles brindar la atención debida y apoyar a las naciones en el fortalecimiento de sus programas de educación, salud y empleo, para la vinculación del migrante como parte integral de la sociedad.
Lo anterior se fundamenta en que cuatro millones de personas refugiadas y migrantes de Venezuela en la región siguen teniendo necesidades humanitarias, de protección y de integración apremiantes, como lo notificaron la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela, coliderada por la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Este 18 de diciembre de 2023 sería para enmarcar si las gestiones que necesariamente se tienen que estar haciendo logran frutos y los diferentes gobiernos y agencias de cooperación hacen sus aportes económicos para ese fondo de ayuda urgente que se necesita.
Y hablando de situaciones relacionadas con las migraciones, se resalta que a septiembre de este año nunca las cifras de desplazados en el mundo fueron tan altas, como los 114 millones de refugiados contabilizados por ACNUR debido a conflictos de diversa índole.
En los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) las cifras también resultaron sin precedentes el año pasado, con 6.1 millones de nuevos migrantes permanentes. A ese número hay que añadirles los 4.7 millones de ucranianos desplazados, hasta mediados de 2023.
Además, dentro del contexto internacional se debe considerar que en el conjunto de la OCDE, los pedidos de asilo igualmente presentaron un gran crecimiento, evidenciando la gravedad de las condiciones en que se encuentran muchas personas que buscan desesperadas la forma de cruzar fronteras terrestres y marítimas para una mejor vida.
Las solicitudes para llegar en calidad de asilado provienen principalmente de Venezuela, con 221.000 peticiones, Cuba con 180.000, Afganistán con 170.000 y Nicaragua con 165.000.
Y ni hablar de lo que sucede a diario en la selva del Darién, por donde este año han cruzado más de medio millón de migrantes que utilizan este peligroso corredor en su intento por cruzar hacia los Estados Unidos.
El papa Francisco se ha condolido por lo sucedido allí y pedido una solución humanitaria en desarrollo de un esfuerzo conjunto entre los países para evitar que esta trágica realidad pase desapercibida.
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