Varias paradojas han quedado al descubierto en la primera gran encuesta de opinión de educación, en 55 municipios de ocho regiones entre ellas la Oriental donde se encuentra Norte de Santander, que exponen falencias y diversidad de elementos para ser tomados en cuenta en la estructuración de cambios en la política educativa.
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Entre los resultados resalta que el 90% de los consultados considera que matemáticas, lenguaje e inglés son útiles para la vida diaria, aunque precisamente sean las materias que registran malas calificaciones y una deficiente formación.
El año pasado, las pruebas Saber 11 dejaron al descubierto una proporción del 49% de alumnos con bajo desempeño en lectura crítica, un 58% en matemáticas y en inglés ese nivel fue del 83%.
Otra particularidad es que el 94% en el país y el 95% en la región Oriental asocian la educación con un mejor futuro, pero al indicar su percepción sobre si la formación académica es muy útil para los niños y jóvenes los porcentajes caen al 64 y 63, respectivamente.
Las respuestas a esa disparidad se encuentran en la misma encuesta que detectó a un 39% opinando que la calidad educativa es peor hoy que cuando ellos estudiaban, aunque un 41% le puso buena nota y en la zona Oriental esa opinión positiva la comparte el 36%.
Aquí: Los controles
Sin defender ni condenar a nadie, ojalá haya un acto de contrición de los padres de familia puesto que esa medición encontró que apenas uno de cada tres tiene conocimiento del Proyecto Educativo Institucional del colegio en que estudian sus hijos y, por si fuera poco, el 26% está desconectado de la institución educativa, en contraposición con un 33% que considera relevante el acompañamiento de los padres en el aprendizaje de sus hijos.
Que el 54% de los colombianos diga que los menores de cinco años son enviados a las aulas porque todos en el hogar trabajan y que releguen al plano marginal el desarrollo físico y mental de los más pequeños o el impulso de sus proyectos de vida, implica un elemento de cuidadoso análisis.
Y el coronavirus ha dejado una marca que le está haciendo daño al aprendizaje, puesto que luego del regreso a la presencialidad, en la región Oriente, las situaciones que generaron alta preocupación entre los padres fue el olvido de los temas vistos previamente por los alumnos (67%), dificultades en comprensión de lectura y retraso para aprender matemáticas (63%) y reprobación de asignaturas (56%).
En el ámbito nacional, el 26% de los colombianos indicó que no se ha hecho nada para apoyar al alumnado en este aspecto, aunque el 41% de los padres indicaron que las instituciones hicieron talleres de nivelación y que otras enviaron actividades para desarrollar en la casa.
Otro resultado que concuerda con el sentimiento que se sentía por las clases por vías digitales, es que el 70% de los colombianos descalificó la calidad de la educación virtual, indicando que es peor que la presencial, pese a que el 50% pidió mantener el uso de las tecnologías.
Este trabajo de la Fundación Empresarios por la Educación en alianza con la encuestadora Cifras y Conceptos reveló asuntos poco comunes: que el 66% de los padres de familia valoran como muy buena la explicación de los profesores en clase a sus hijos, que el 50% de los colombianos desconoce qué hace el Ministerio de Educación y que el 56% no tiene conocimiento de las evaluaciones del Icfes.
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