Los grupos armados ilegales utilizan todas las estrategias para atrapar en sus redes a los menores de edad para que ingresen a sus filas y convertirlos en instrumento de violencia o de ejecución de delitos de diversa índole.
Lo que acaba de denunciar una organización internacional es supremamente grave y deberá ser objeto de inmediata investigación por parte de las autoridades y de las entidades de Derechos Humanos.
Por ser una afrenta contra la paz y la convivencia hay que repudiar la utilización de regalos y aguinaldos navideños como una especie de ‘carnada’ para atrapar a los niños y adolescentes y conducirlos al mundo de la violencia y el conflicto armado.
Save the Children hizo un llamado a las autoridades para proteger a la niñez y a estar atentos a los riesgos a los que se enfrentan y a las formas de seducción que estos grupos armados están usando para cautivarlos con acciones enfocadas en actividades recreativas y de esparcimiento al igual que la entrega de obsequios aprovechando las festividades decembrinas de Navidad y Año Nuevo.
Si el país está muy alterado y adolorido porque el secuestro se ha vuelto a convertir en un asunto de alto riesgo para la libertad personal y que en Norte de Santander registra cifras preocupantes, también sería bueno que la ciudadanía empezara a tener mayor empatía con estas situaciones en que las filas guerrilleras o de las bandas criminales son nutridas con niños para convertirlos en combatientes.
Es que esa clase de operación para incrementar sus ‘ejércitos ilegales’ se dé además en plena época navideña, aprovechándola para engañar a los niños y niñas que creen que están siendo agasajados, y luego caen en cuenta que ese regalito los está llevando por un camino hacia la violencia y la pérdida de sus derechos.
Hay que confiar en que el nuevo comisionado de Paz, por ejemplo, tenga presente la advertencia de Save the Children atención inmediata para eliminar este flagelo contra la niñez y sus familias; y puntualmente en el Catatumbo con el propósito de promover la garantía de los derechos de la niñez para vivir en paz y con nuevas oportunidades.
Y decimos que Otty Patiño, quien ahora asumió ese papel en el Gobierno Nacional, tiene la obligación de ponerle toda la atención a este hecho hablando directamente con la guerrilla del Eln y la disidencia de las Farc que en la actualidad se encuentran en negociaciones con el Gobierno Nacional.
Para fortalecer este procedimiento, hay que buscar el respaldo de la Comisión Intersectorial para la Prevención del Reclutamiento, Uso, Utilización y la Violencia Sexual en contra de Niños, Niñas y Adolescentes, con el propósito de que esta gestión también incluya otros grupos armados como las bandas multicrimen.
Se les olvida a quienes hacen uso de esta práctica, que el reclutamiento ilícito está tipificado dentro del Código Penal mientras que en el mundo se le considera como un crimen de guerra.
Luego se esperaría que por lo menos el Eln y la disidencia que hacen presencia en Norte de Santander, con una alta influencia en diversas zonas, empiecen a hablar de este delito, lo admitan, repudien, devuelvan a los menores de edad que se encuentran en sus filas y hagan planteamientos públicos de no volver a utilizar este sistema para fortalecer sus filas.
Es que además esta es una de las peores hostilidades contra la población civil al arrancar del seno de su hogar a los más pequeños, bien sea por la fuerza o, como lo hacen ahora, en las novenas y fiestas navideñas mediante engaños.
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