Tras cada una de las más de 1.500 funciones de ‘La pelota de letras’ desde su estreno en 2004, el comediante Andrés López suele salir a encontrarse con el público, tomarse fotos, dar autógrafos e intercambiar algunas palabras.
Son en esos momentos de retroalimentación que puede darse cuenta de la magnitud del impacto que ha logrado y la permanencia de una obra que no pierde vigencia, que a través del humor toca algunas de las raíces más profundas de las familias colombianas.
No es usual que una obra logre superar las barreras del tiempo como ‘La pelota de letras’, que a inicios de 2004 Andrés López presentó por primera vez a un pequeño público en el desaparecido Hard Rock Café de Bogotá, con una puesta en escena que sabía que gustaría bastante, pero jamás se imaginó la magnitud del alcance que tendría.
Para celebrar los 20 años del inicio de esta travesía, Andrés llega con el ‘López Tour 2024’, con la que recorrerá América y Europa, iniciando en el Teatro Cafam.
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El tres de octubre llegará a Cali, el cuatro, en Pasto y el 10 de noviembre en Bucaramanga y el 12 en Pereira.
Andrés López habló sobre la construcción de su obra y las claves para poder mantener por 20 años a ‘La Pelota de Letras’ rodando por los escenarios.
Arte en construcción
¿‘La pelota de letras’ cumple 20 años, una obra clave en la historia de la comedia en el teatro colombiano?
Este forajido se metió en todo tipo de discotecas por allá en 1996 y venía contando cuentos desde 1990, por lo que han sido 34 años parado en las tablas, en el concreto, en lo que salga, contando cuentos. Yo ante todo, cuentero, siempre cuentero, entonces lo que hice fue combinar los cuentos, y siempre, a esos cuentos, les ocurría la comedia, porque la gente siempre se reía de los cuentos que yo contaba.
¿ Ese tipo de pasiones requieren de una buena dosis de terquedad...
Eso me caracteriza, soy muy terco, pero terco gourmet. Eso me hizo serpentiar las distintas situaciones y tumbar murallas, por lo que uno hace es lo que dice Kike Santander en la canción de Gloria Estefan: “Abriendo puertas, cerrando heridas”.
-¿Por qué no ha perdido vigencia en 20 años?
Creo que tanto ‘La pelota de letras’ como ‘Llegar a Marte’ son obras que se hacen con amor y rigor. Una de las frases de Octavio Paz es que a los latinoamericanos nos hace falta rigor, y esa frase me llegó hondo, en verdad hay que tener rigor y ver el verdadero origen de las cosas.
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-¿Cómo fue ese paso?
Primero me formé como artista, como un coleccionista de asombros que va por la calle y no da por sentadas las cosas, que todo le parece extraordinario, ese algo que te golpea la percepción y no lo puedes dejar por sentado y tienes que preguntar todo acerca de ello. Ese ha sido el éxito de 20 años de temporada de la misma comedia cambiante, porque es una estructura que constantemente saca ramas, porque cuando la escribí no había internet público en 1993, sin redes sociales, y de todo eso hay que hablarlo.
-¿Cómo ha sido esa constante actualización de ‘La pelota de letras’?
Nadie se baña dos veces en la misma comedia. Fue el mismo ejercicio de las obras de William Shakespeare, no creo que él se hubiese sentado a escribir todas las obras que conocemos y luego enviárselas a los actores. Creo que fue todo un proceso gradual como una especie de bola de nieve para ver realmente las cosas que funcionan en un escenario y sustentan la estructura de una obra de teatro.
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-¿Dicen que hacer comedia es algo muy serio…?
Hacer arte es algo muy serio, y la comedia es de lo más exigente, o haces reír o te bajas, y no solamente es hacer reír, porque hacer reír realmente es la parte fácil, el cómo hacer reír es lo difícil.
-¿Las nuevas generaciones de comediantes han utilizado el camino que usted abrió?
Hice mi patrón de ejecución y ya está en cada persona ver cómo lo interpreta. Para mí fue un camino de décadas, tortuoso, de puertas cerradas. A mí me tocó en discotecas con el público más difícil que es el que no sabía lo que yo estaba haciendo. Me tocó todos los tipos de escenarios, lo he visto todo.
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