Hijo de Salvador Moreno y Elena Llanes, nació en Cúcuta el 6 de octubre de 1895; hermano de un numeroso grupo de hijos de su padre, entre ellos del pintor Salvador Moreno de quien escribí una crónica sobre su controvertida nacionalidad.
Desde temprana edad se entusiasmó con las actividades empresariales y por ello viajó al exterior en busca de tecnologías y de procesos industriales que se pudieran implementar en la ciudad.
Uno de los primeros servicios que propuso fue la instalación de “baños públicos” o “casas de baños”, en el decenio de los treinta, frente al parque de La Victoria (parque Colón), que luego se popularizaron siendo instaladas en diversos sectores de la ciudad, debido a la inexistencia de acueducto y que las gentes de la ciudad sólo tenían acceso al preciado líquido por medio de las famosas “tomas públicas” que transcurrían por gran parte de la pequeña ciudad de esa época.
Los “baños públicos” eran establecimientos donde las personas se bañaban y se arreglaban antes o después del diario trajín, una idea visionaria, consideradas las condiciones climáticas de la ciudad.
A partir de entonces, se dejó de un lado el baño con “totuma” y se entró a la era del baño con regadera por la módica suma de 5 centavos. En vista del éxito obtenido por ese “fabuloso” negocio, al poco tiempo, el Concejo Municipal por medio de un Acuerdo, revirtió ese servicio a favor del municipio.
Otro de sus emprendimientos fue la recordada Piscina Moreno en el barrio San Luis a un costado del río Pamplonita del cual tomaba sus aguas según se aprecia en la fotografía de la época y que debía ser reconstruida cada vez que el río presentaba sus frecuentes crecidas.
Aprovechando la estratégica ubicación de la piscina decidió aprovecharla para instalar la primera trituradora de piedras de río que surtía a los constructores para los procesos de edificación que ocurrían en la ciudad en momentos en que el sector de la construcción comenzaba su auge.
Las dos empresas se constituyeron en las primeras de su género en la región. Por sus dotes visionarias concluyó que el futuro inmediato de la ciudad iba a girar en torno de la construcción, razón por la cual a partir de mediados de los años cuarenta dedicó sus esfuerzos en fortalecer la industria de suministros para ese sector promoviendo, en compañía de otros empresarios, entre ellos los señores Barco iniciadores de la explotación petrolera en el Catatumbo, la creación de la primera productora de materiales en arcilla procesada. Simultáneamente fundó una empresa de pisos en baldosín, un producto de innegable necesidad para las viviendas que entonces se construían.
Como integrante del gremio de empresarios y consciente de la necesidad de mantener actualizada la información que les permitiera una toma de decisiones con el mínimo de riesgos, impulsó la organización del Primer Censo industrial de Cúcuta.
Murió tranquilamente, en su casa de habitación, el día de navidad de 1963.
Redacción
Gerardo Raynaud D.
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