Los líos judiciales por microtráfico que tiene Luis Antonio Pabón Jiménez, conocido como ‘Simón’, son las únicas pistas que las autoridades están analizando para esclarecer el ataque a bala que sufrió la mañana del miércoles, en el barrio La Divina Pastora.
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Según se conoció, a las 11:00 de la mañana, dos pistoleros llegaron hasta su vivienda, ubicada en la avenida 31 con calle 33, ingresaron y empezaron a buscar a su objetivo por cada habitación hasta encontrarlo y dispararle de manera indiscriminada, mientras estaba viendo televisión.
Pabón recibió seis impactos, tres en el abdomen y la espalda, uno en el brazo izquierdo, otro en la cadera y uno más en el glúteo izquierdo.
Los agresores al ver que dejaron herido a Pabón, salieron de la escena del hecho y huyeron en una motocicleta.
Las autoridades tratan de establecer si las personas que intentaron asesinar a Luis Antonio eran conocidas de él, debido a que en el momento en el que ocurrió el hecho, la puerta principal estaba asegurada, por lo que los pistoleros necesitaron llaves para abrirla.
Los habitantes de este lugar aseguraron que cuando oyeron los disparos de inmediato se resguardaron para evitar correr riesgos, mientras que transcurría el hecho de sangre.
El herido fue auxiliado y trasladado en un taxi hasta una clínica, donde fue sometido a una cirugía y hasta el cierre de esta edición permanecía bajo observación médica.
Una banda
A finales de junio de este año, unidades de la Sijín de la Policía de Norte de Santander, capturaron a Pabón Jiménez, junto con otros seis hombres, señalados de pertenecer a la banda delincuencial conocida como ‘Marcloba’, dedicada al tráfico de marihuana Cripy en Cúcuta y el área metropolitana.
Los investigadores judiciales conocieron a través de una fuente humana y de las interceptaciones telefónicas de esta organización, la identidad y los reportes que cada uno hacía cuando traían la droga desde el Cauca a la capital de Norte de Santander.
Según se conoció, los detenidos escondían la marihuana en caletas de vehículos y una vez llegaban a Cúcuta la distribuían, usando taxis, para no despertar la sospecha de las autoridades.
Poco a poco la Sijín trazó la ruta de los presuntos delincuentes y continuó adelantando los seguimientos que le permitió recopilar el material probatorio para que se tramitaran las órdenes de captura y así poder desintegrar esta organización.
Los investigadores también soportaron las evidencias de que esta banda exportaba la droga hacia Trinidad y Tobago y República Dominicana, desde La Guajira y la frontera con Venezuela.
“Esta organización compraba la marihuana en Corinto (Cauca) y la traía hasta Cúcuta por las vías nacionales, pasando también por Pamplona. Luego, la distribuían en vehículos de servicio público”, dijo, en ese entonces, una fuente judicial cercana a las pesquisas.
El año pasado, la Policía se incautó de varios cargamentos de marihuana que eran transportados en taxis.
En una oportunidad halló 30 kilos de Cripy, luego fueron 15 y en otro operativo, los uniformados encontraron 5 kilos de la hierba. Con todas estas evidencias y los constantes seguimientos e interceptaciones telefónicas, para capturar a estas personas en los barrios Prados del Este, Gaitán, La Divina Pastora, Motilones, entre otros.
Aunque en ese momento Pabón Jiménez fue enviado a la cárcel, actualmente goza del beneficio de detención domiciliaria. Por ahora se espera que se esclarezcan los móviles del ataque.
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