El majestuoso imperio del crimen tejido por Dani Fabián Hernández Rincón, conocido como Ñuñú, entre los años 2014 y 2017, especialmente en la Comuna 10, ha sido asediado por implacables golpes de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc). En una operación llevada a cabo en tres fases, han caído por lo menos 40 de sus secuaces.

El peligroso criminal que hizo parte del ejército paramilitar de Norte de Santander, desde 2008 hasta 2013, junto con alias Rodolfo y Canoso, decidió montar su propio negocio en la capital del departamento y apoderarse de los barrios Santo Domingo, Alfonso López, Cuberos Niño, La Cabrera y sectores como la ‘Curva Pelelojo’ y ‘La Tomatera’, a través del tráfico local de estupefacientes.

Sin embargo, luego de tres años de mantener su poder en esa zona, cayó en las ‘garras’ de las autoridades, el 14 de diciembre de 2017, y fue enviado a la cárcel de Palogordo (Santander) por los delitos de concierto para delinquir y tráfico de estupefacientes.

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Estando tras las rejas, Ñuñú necesitaba a alguien de su entera confianza para que tomara las riendas de su legado y fue así como le propuso a su cuñado, Carlos Alexander Díaz Rojas, más conocido como Carlos Pecueca, que se hiciera cargo de la estructura. Aunque el hombre ya estaba liderando una banda criminal conocida como Los Puerto, no dudó ni un segundo en darle el sí al hermano de su compañera sentimental.

Y es que una de las particularidades de la estructura que estaba bajo el mando de Dani Fabián era que quienes la integraban hacían parte de su familia o eran allegados con un vínculo por afinidad de mucho tiempo.

Con el respaldo del peligroso criminal, Carlos Pecueca se fue convirtiendo en el principal dinamizador de estupefacientes en la Comuna 10 y, poco a poco, fue conquistando parte de la Comuna 9.

Desde 2018, las ollas que maneja la banda liderada por el hombre, le han permitido generar un gran poder financiero.

Sin embargo, a pesar de ese dominio que ha ido adquiriendo, las autoridades han tumbado gran parte de su esquema piramidal, el cual, en su mayoría, está conformado por mujeres.

La operación de la Policía y la Fiscalía que ha sido denominada ‘Familiares’ -precisamente por su particular vínculo- ha tenido tres fases. En la primera capturaron 11 personas; en la segunda, 6; y, en la más reciente, a 15 integrantes.

Los de Ñuñú

o Familiares I

Con un trabajo de vigilancia, seguimiento, interceptaciones telefónicas y agentes encubiertos que compraban dosis de droga, las autoridades descubrieron los movimientos clandestinos de 11 personas, en octubre de 2019, señaladas de conformar una organización denominada Los de Ñuñú o Familiares I, dedicada al tráfico local de estupefacientes y responsables de al menos unos diez homicidios.

En ese entonces, uniformados de la Sijín y del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI), adelantaron seis diligencias de allanamiento en los barrios Santo Domingo, Torcoroma, Aguas Calientes y Aniversario.

Con once órdenes de captura en mano y expedidas por el Juzgado Octavo Penal con función de control de garantías de Cúcuta, se desarrolló el procedimiento.

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En esa redada fueron capturadas Blanca Esperanza Rincón Contreras, quien sería la cabecilla en esa época, y Ruby Andrea Gélvez Castro, alias La Doctora, la segunda al mando.

Junto con ellas, cayeron Lency Karina Villamizar Rincón, Loisbel del Carmen Gamboa Gallardo, Carlos Andrés Gasca Calderón, Lorena Inés Rincón Contreras, Alexander Aquiles González Jiménez, Rey José Gutiérrez Raga, Laura Helena Victoria Fuentes, Fredy David Márquez Castellanos y Rafael Morales Morantes.

“Hay un promedio de diez homicidios que se les van a imputar a parte de los delitos de concierto para delinquir, tráfico de estupefacientes y porte ilegal de armas”, dijo una fuente judicial para esa fecha.

Familiares II

A pesar de la redada que se hizo en 2019 en donde capturaron a once de sus integrantes, los Familiares seguían vigentes en ese ‘negocito lucrativo’, por lo que los investigadores se pusieron manos a la obra para volverlos a golpear.

Durante seis meses, las autoridades monitorearon cámaras de seguridad para recopilar información, además de obtener diferentes testimonios.

Después de las operaciones de inteligencia y de seguimiento se logró  que un juez firmara la orden de allanamiento de una casa de la Comuna 10, hasta donde llegaron unidades de la Policía Judicial para capturar a los presuntos expendedores de estupefacientes. El operativo se cumplió en marzo del año pasado.

En la vivienda capturaron a Freiman Duarte Contreras, Luis Alexander Hoyos Parra, José Ángel Rizales Bello, Lucy Rodríguez Morantes, Marlyn Albany Ibarra Rodríguez y Fanny Duarte Contreras.

Según la investigación, Freiman estaba a cargo de distribuir drogas ilícitas por el barrio Cuberos Niño, mientras que Luis Alexander y José Ángel tenían el sector de la ‘Curva Pelelojo’.

Lucy, por su parte, almacenaba, dosificaba, distribuía en los puntos y fungiría como la jefa. Marlyn Albany manejaba las finanzas y Fanny surtía las ‘ollas’ y recogía el dinero.

Familiares III

Luego de esos dos golpes que le propinaron las autoridades a Carlos Pecueca, la verdadera ‘cereza del pastel’ fue cuando lo incluyeron en el cartel de los más buscados, pues el criminal se dio cuenta que no podía estar involucrado directamente en el negocio, así que decidió reinventarse y reestructurarse.

La organización empezó a fortalecerse con la llegada de más personal, bajo el mismo parámetro de conexión familiar, y se tomó la decisión de ampliar el portafolio de servicios. Ahora, no solo venderían estupefacientes en puntos fijos, sino que se incluiría la modalidad de domicilio.

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A falta de un cabecilla, Pecueca optó por dividir la estructura bajo el liderazgo de tres actores criminales: Caliche, Fanny y Brujo.

Pero cuando creían que estaban más fuertes que nunca, llegó el tercer ataque de las autoridades. Mientras Carlos Alexander reorganizaba la casa, la Sijín y el CTI le seguían cada uno de los movimientos. Durante 16 meses que duró la investigación, no perdieron de vista a ninguno de los nuevos integrantes que le dieron vida a Familiares III.

Con un trabajo sigiloso, los investigadores obtuvieron 18 órdenes de allanamiento y, el pasado 19 de julio, les cayeron en Atalaya Primera Etapa, Palmeras parte baja, El Desierto, Rudesindo Soto, Alfonso López, Cuberos Niños, Ceci, Santo Domingo, y los sectores ‘Curva Pelelojo’ y ‘La Tomatera’.

Se lograron las capturas de Marbin Javier Navarro Daza, Caliche; Yuri Liceth Rincón Contreras, La Operada; Carmen Lucy Rodríguez Morantes, La Caché; Fanny Duarte Contreras; Karoll Michel Pérez Anaya; Yurley Paola Duarte Espejo; Loren Michel Medina Narváez; Jaider Alberto Robledo Priens; Álvaro Enrique Rivera, Brujo; Dilia Espejo; Manuel Antonio Velandia Herrera, Manolo; Óscar Jaír Flórez; Uriel Contreras Moncada y María Inés Ortega Galvis.

Dos días después, la Unidad Nacional de Intervención Policial y Antiterrorismo (UNIPOL), capturó a Cindy Karina Duarte Cáceres, en labores de patrullaje y control en  Alfonso López.

Los tres mandos

Familiares III estaba bajo el mando de tres actores criminales que contaban, cada uno, con un equipo de trabajo y tenían asignadas ciertas ‘ollas’ en donde debían mantener el control, de la siguiente manera:

El grupo de Los Caliches estaba liderado por Marbin Navarro, Caliche, junto con Yuri Rincón, La Operada, su compañera sentimental.

Además, contaban con Manuel Velandia, Manolo, María Inés Ortega y Óscar Flórez. En ese combo también estaría alias Ilda, que no ha sido capturada aún. Ellos eran los encargados de las ollas de Belén y San Miguel.

Los de Fanny contaban con el liderazgo de Fanny Duarte, pieza clave en la estructura y la segunda al mando. Para ella servían Karoll Michel Pérez, Cindy Duarte, Yurley Duarte y Dilia Espejo.

Los otros dos que conformarían el equipo serían alias Criminal y Leidy, pero tampoco fueron detenidos.

Los lugares de expendio que tenían a su cargo estaban en los barrios Alfonso López y Santo Domingo.

Finalmente, Los Brujos, al mando de Álvaro Rivera, alias Brujo. Ese grupo contaba con Loren Michel Medina, su compañera sentimental, además de Carmen Lucy Rodríguez Morantes, La Caché, Jaider Robledo y Uriel Moncada.

Aquí también hicieron falta dos personas por capturar que serían alias Sudadera y Araña. Ellos se encargaban de los barrios San Rafael y La Cabrera.

Así operaba

la estructura

Según una fuente judicial, la base de coca, la marihuana y el bazuco, vendrían directamente desde el corregimiento Campo Dos (Tibú).

Las encargadas del transporte y logística de los estupefacientes serían Cindy Duarte, Yurley Duarte, Karoll Michel Pérez, Loren Michel Medina y alias Leidy.

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Ese grupo de mujeres, le entregarían el ‘encarguito’ a las hermanas María Inés e Ilda María quienes lo ingresaban al área metropolitana de Cúcuta.

Una vez estando en la capital nortesantandereana, pasaba a las manos de Manolo y Fanny. En la casa de esa mujer se recibía, dosificaba y entregaba a los expendedores, que vendrían siendo Jaider Robledo, Uriel Contreras, Sudadera, Araña, Jorgito, Óscar Flórez, Dilia Espejo, Criminal y Argenis.

“Los expendedores tienen sus horas fijas para entregar cuentas a los coordinadores y éstas debían estar claras porque, en caso tal de salir algo mal, ahí es donde vienen los homicidios selectivos por ajuste de cuentas”, comenta la fuente.

Además, añade que “las viviendas que estaban habitadas por las mujeres de esa estructura eran los sitios fijos para expendio”.

Los antecedentes

De los recientes 15 capturados, solo Karoll Michel Pérez no cuenta con anotaciones judiciales. Los demás están inmersos en diversos delitos.

Marbin Navarro, alias Caliche, fue capturado por porte ilegal de armas en 2013. Además, está involucrado en el homicidio de Wilkyn Herney Mendoza Sarmiento, perpetrado el 17 de mayo de 2019 en el barrio Las Delicias.

Yuri Rincón, alias La Operada, tiene antecedentes por hurto, en 2017 y 2018, tráfico de estupefacientes, en 2020, y porte ilegal de armas de uso privativo de las fuerzas armadas.

Carmen Rodríguez, La Caché, y Fanny Duarte, están involucradas en el asesinato de Sergio Manuel Arenas Arenas, en el barrio Cuberos Niño, el 13 de junio de 2021.

Fanny, por su parte, también registra anotaciones por fuga de presos, en 2008 y 2012, destinación ilícita de muebles e inmuebles, en 2011, y tráfico de estupefacientes, en 2021 y 2022.

Yurley Duarte solo tiene un antecedente por tráfico de estupefacientes en 2019. Loren Michel Medina, por ese mismo delito, pero en 2018 y abuso de confianza en 2021.

Jaider Robledo registra cinco anotaciones también por tráfico de estupefacientes, una por violencia intrafamiliar y una por abuso de confianza.

Brujo, por su parte, cuenta con dos registros por amenazas, en 2011 y 2012, concierto para delinquir agravado en 2017, y porte ilegal de armas, en ese mismo año.

Dilia Espejo tiene una anotación por tráfico de estupefacientes en 2020 y estaría involucrada en el crimen de Luis Arturo Marín, en el barrio La Parada de Villa del Rosario, ejecutado el 8 de abril del año pasado.

Manuel Velandia estuvo inmerso en el delito de hurto agravado en 2008 y 2012, además de porte ilegal de armas en 2009, y tráfico de estupefacientes, en 2017.

A Óscar Flórez le registran antecedentes por uso de documento falso, en 2014, violencia intrafamiliar, en 2015, y tráfico de estupefacientes, en 2019.

Finalmente, Uriel Contreras, María Inés Ortega y Cindy Duarte, tienen anotaciones por tráfico de estupefacientes. Uriel tiene cuatro, mientras que las dos mujeres, solo una.

De los más buscados

Carlos Alexander Díaz Rojas permanece en el cartel de los más buscados en Cúcuta y el área metropolitana por su amplia trayectoria criminal.

A pesar de que Carlos Pecueca sigue prófugo, las autoridades continúan desmantelando la estructura criminal que intenta reconstruir tras cada redada.

La reciente operación, que golpeó nuevamente a su organización, demuestra que la justicia no baja la guardia.

Aunque las calles de Cúcuta aún enfrentan múltiples desafíos criminales, cada captura y operativo exitoso debilitan el poder del crimen organizado.

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