Una madre, consumida por la angustia y el silencio, decidió seguir su instinto, tras varios meses de incertidumbre por desconocer el paradero de su hijo, la llevaron hasta la ribera del río Pamplonita, cerca de un reconocido club social de Cúcuta.

Ayer, a las 11:40 de la mañana, su búsqueda, marcada por la desesperación, culminó en un hallazgo que podría ofrecer respuestas, aunque no certezas.

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Entre la espesa maleza, la arena y las piedras, aparecieron unos restos óseos que, por ahora, solo plantean más preguntas.

Al lugar acudió la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para llevar a cabo la inspección técnica y el levantamiento de los restos encontrados, pero no pudieron completar su labor, porque la situación requiere una intervención más especializada.

Ahora será un antropólogo forense de la Fiscalía, proveniente de otra ciudad, quien tendrá la responsabilidad de llegar a Cúcuta y realizar la exhumación de los restos.

Este proceso es necesario para garantizar un análisis más detallado y preciso que permita identificar correctamente los huesos por medio de ADN y esclarecer los hechos.

Así fue el descubrimiento

Este medio de comunicación pudo conocer que el descubrimiento de los restos fue posible gracias a una mujer que, con el corazón lleno de angustia, emprendió hace dos meses una incansable búsqueda por encontrar a su hijo desaparecido.

Desde entonces, su vida se convirtió en una constante lucha por obtener alguna pista o señal que le indicara el paradero del joven.

Día tras día, recorrió distintos lugares sin obtener respuestas, hasta que, finalmente, su persistencia la llevó a encontrarse con otra mujer que le dio un nuevo rumbo a su búsqueda.

Se trataba de una habitante de calle que, según relató, aseguraba haber conocido al joven desaparecido. Pero la información que ofreció no era para nada alentadora.

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La mujer afirmó haber sido testigo de un trágico suceso: según su relato, presenció el asesinato del joven y el posterior entierro de su cuerpo en la ribera del Pamplonita.

Este sombrío testimonio llenó de incertidumbre a la madre, pero también la impulsó a buscar en ese lugar específico, con la esperanza de que, pese a lo desgarrador del relato, finalmente podría obtener respuestas sobre el paradero de su hijo.

Con las pistas proporcionadas por la habitante de calle y las características que indicaban la posible ubicación del cuerpo, la madre, llena de desesperación, acudió a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) en busca de ayuda.

Fue así como la mañana de ayer se iniciaron las labores de búsqueda que se extendieron por un par de horas, logrando el descubrimiento de unos restos óseos que ahora esperan para ser exhumados y, posteriormente, permanecerán bajo investigación mientras se realizan los análisis necesarios.

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