Cada vez que Belsa Sánchez le ‘echa sal’ a la herida, recordando que su hijo está desaparecido y no sabe por qué, el dolor la tortura, las lágrimas empiezan a tocar sus mejillas y, poco a poco, la voz se va entrecortando.
De Jean Carlos Bayona Sánchez, su hijo, no sabe nada desde hace 12 años. El joven salió de su casa en el barrio Los Almendros la madrugada del viernes, 20 de enero de 2012, para hacer una carrera.
Dos hombres lo acompañaban ese día en el taxi de placas URN 487, que llevaba manejando hace un mes. De ellos tampoco se volvió a saber.
“El salió tipo 4:30 de la mañana. Ellos dormían con mi otra hija y el papá, porque siempre éramos una familia grande (…), mi hija nos cuenta que a él lo llamaban y lo llamaban porque había quedado de hacer una carrera, llevaba a un tal José Manuel Ochoa Flórez e Ilver Villalba, pero él como que no quería ir”, sostuvo la mamá.
Cerca de las 10:00 de la mañana, otros dos de los 9 hijos de la mujer empezaron a preocuparse, pues su hermano no volvió a comunicarse desde que salió de la casa.
Era como un presentimiento lo que los llevó a llamarlo intensamente, pero él no respondió, el celular estaba apagado. “Nunca supimos para dónde era la carrera”, dijo ella.
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Al parecer, los hombres habían salido para Juan Frío, en Villa del Rosario. Con esa información guardaban la esperanza de que en algún momento Jean Bayona se volviera a reencontrar con sus seres queridos, pero esas ilusiones pararon.
“Hace dos años nos dijeron que a ellos los habían matado en Juan Frío”, manifestó Belsa Sánchez. Tras recordar esta información la mujer guardó un penoso silencio. Sus lágrimas salían sigilosas y, como si el dolor fuera imposible de superar, se tomaba de las manos para agarrar fuerzas y seguir.
Según ella, habrían sido los paramilitares quienes acabaron con sus vidas, pero ¿Por qué?, es la pregunta que durante estos 12 años ha dado vueltas en su cabeza.
Día a día, la mujer ruega saber qué sucedió con su hijo y como si ya fuera la última opción, “así me entreguen solo los huesitos”, pide ella, pues la sed de respuestas no será calmada hasta conocer que fue de él.
Además de saber que supuestamente lo habrían asesinado, escucharon que el carro, al parecer, lo deshuesaron para pasarlo hacia Venezuela por eso nunca apareció.
Bajo el miedo
Desde que salieron desplazados por la violencia en la Playa de Belén su refugio fue el barrio Los Almendros en Cúcuta, donde creyeron que existiría la calma, pero parece que fue la tormenta la que los arropó.
Desde que anunciaron que el joven estaba desaparecido, las extorsiones no se hicieron esperar. “A mi hija la llamaban, le pedían plata y si no, que nos iban a enviar una mano o una parte de mi hijo”, recordó la mujer.
Todo el tiempo el miedo los agobiaba, hasta que al fin pararon.
Para la mujer, es triste recordar que su esposo se quedó esperando volver a verse con Jean Bayona. Hace nueve años falleció y con él se llevó el dolor de no saber dónde estará su hijo.
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