En una habitación de una casa de varios inquilinos, ubicada en un barrio central de Pamplona, nadie sospechó, que allí se estaba perpetrando un abuso sexual aberrante contra una niña de apenas 2 años, y lo más repudiable es que fue a manos de su propia madre. Todo quedó al descubierto tras una investigación que surgió desde Noruega.

La progenitora, una mujer de 26 años, grababa a la niña, apareciendo también en los videos cometiendo diversos abusos contra su hija, para posteriormente comercializar dicho material con una red de pedófilos. La mujer fue descubierta gracias a una investigación que surgió con la captura de un ciudadano español, quien fue acusado de abuso sexual de dos niñas de 6 y 11 años en Noruega.

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"En abril de 2022, el hombre fue detenido por las autoridades noruegas, y su teléfono, una vez confiscado, fue sometido a revisión por parte de un investigador. Fue en ese proceso que se hallaron las imágenes y videos de la niña y su madre a través de una conversación de WhatsApp, asociada al número de teléfono registrado en Colombia. Desde ese punto, la investigación llegó a nosotros mediante la Europol", señaló un investigador del caso.

Tras más de un año de seguimiento de investigaciones ubicaron la residencia de la mujer y con una orden de allanamiento llegaron y la capturaron. Mientras que la niña quedó bajo protección de Instituto Colombianos de Bienestar Familiar (ICBF).

“La mujer es oriunda de Tibú y tras ubicarla se le hallaron juguetes sexuales. Ella grababa a la niña, se grababa también a ella misma, porque también estaba generando contenido como webcam. Son escenas terribles que uno se sorprende de la maldad humana”, añadió el investigador.

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Al ingresar a la habitación, los investigadores se encontraron con un entorno completamente cubierto. Las ventanas estaban selladas con adhesivos negros, y la puerta estaba revestida con material para evitar la filtración de ruido, aspectos que nunca levantaron sospechas entre los vecinos. En medio del allanamiento y registro, incautaron 4 dispositivos electrónicos: un computador, dos tablet, un celular.

Se supo que el material grabado por la mujer a su hija no solo fue compartido con el hombre detenido en Noruega, sino que también se difundió a varios pedófilos de Estados Unidos, México, Panamá y Canadá generando así ingresos económicos.

La mujer mantuvo una fachada ante su entorno y aseguraba que vendía productos tecnológicos que le enviaban de Estados Unidos.

Tras la captura y el material probatorio, un juez ordenó su detención en centro carcelario.

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