Los familiares de Alonso Javier Gómez Ollarve, como fue identificado el hombre asesinado con evidentes gestos de tortura, en la vereda Campo Seis, zona rural de Tibú, están convencidos de que los riesgos que corren las personas que quieren pasar la frontera desde Venezuela al territorio colombiano, terminó quitándoles a su ser querido, el pasado miércoles.
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Mientras adelantaban los trámites para reclamar el cadáver en Medicina Legal, en Cúcuta, los dolientes insistieron en que Gómez era una buena persona, que siempre ayudaba a su familia y que pasaba a Colombia para buscar algunos alimentos para devolverse a su país de origen.
“Pasar por las trochas es un riesgo del que solo se sale bien con ayuda de Dios y con suerte. Uno viene a Colombia es a buscar alimentos, porque allá nos estamos muriendo de hambre y todo está muy caro”, aseguraron los familiares de la víctima.
El cadáver de Gómez fue descubierto en una zona boscosa, con un impacto de bala en la cabeza y con sus pies amarrados.
Por la complejidad del lugar donde fue encontrado el cuerpo sin vida del venezolano, las autoridades no se trasladaron hasta la escena del crimen, sino que miembros de una funeraria se encargaron de levantarlo y de llevarlo al Instituto de Medicina Legal.
Cuando los familiares observaron la fotografía del cadáver que fue publicada en los medios de comunicación, de inmediato se percataron de que se trataba de su ser querido, por lo que arribaron a la capital de Norte de Santander para reconocerlo y darle el último adiós.
Precisamente, mientras esperaban que les entregaran a su familiar, los dolientes lo recordaron como un hombre trabajador y que se esmeraba por conseguir el sustento para su familia.
Alonso Gómez era oriundo de Maracaibo, estado Zulia, en Venezuela. Según se conoció, llegó a Colombia atravesando una trocha en Tibú con la ilusión de conseguir un trabajo y así poder llevarle alimento a su familia.
El coronel Carlos Martínez, comandante de la Policía de Norte de Santander, aseguró en el momento en que se conoció el hecho, que se adelantaban las investigaciones para determinar los móviles del crimen.
En la zona donde ocurrió el asesinato delinquen la disidencia del Frente 33 de las Farc y el Ejército de Liberación Nacional (Eln).
Estas dos estructuras ilegales, que se financian principalmente del narcotráfico, se disputan los territorios a sangre y fuego, para también controlar el cobro de extorsiones en las trochas, por donde constantemente van y vienen personas de Venezuela.
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