La incertidumbre y el terror se han apoderado de la comunidad de Colinas del Tunal quienes han sido víctimas de amenazas, extorsiones, desplazamientos, asesinatos y atentados por parte de las bandas criminales que llegaron para quedarse.
El más reciente hecho se registró hace 15 días, cuando unos hombres ingresaron a algunas viviendas del sector a amenazar a sus dueños para que las abandonaran y poder tomar posesión de las mismas.
La gravedad del asunto la vivió en carne propia el presidente de Junta de Acción Comunal, Raúl Arévalo Villamizar, quien completa cuatro meses viviendo fuera de su barrio por los constantes ataques que recibía contra su integridad y la de su familia.
“Yo llevo ocho años siendo líder del barrio y la piedra en el zapato de esos bandidos que en múltiples oportunidades me intentaron matar. Yo me armé de valor y los enfrenté, pero de una manera positiva, de la mano de la comunidad y las autoridades”, comentó el dirigente comunal.
Aún con el temor, por la situación delicada a la que se enfrentaban, la comunidad respaldó a su líder y lograron devolverle la tranquilidad que tanto anhelaban, sin embargo, la alegría no duró mucho tiempo.
“Alrededor de un año pudimos estar en paz, logramos despejar el sector de la violencia que nos cubría, pero tiempo después llegó un nuevo cabecilla y, sin darnos cuenta, ya se había adueñado nuevamente de la zona. Ahí fue cuando Colinas del Tunal se convirtió en el viejo oeste de Cúcuta”, relató Arévalo.
Sus ojos llorosos y con un rostro acongojado, demuestran el dolor que le causa tener que abandonar su vida, su comunidad y su rol como líder. Sin embargo, Raúl Arévalo no ha sido el único, dos líderes más de la JAC también tuvieron que abandonar ese barrio.
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“Nosotros podemos salir a buscar refugio en otros lados, incluso, las autoridades están pendientes, pero quién va a proteger a las personas que todavía están allá a merced de las bandas criminales”, recalcó el presidente.
Este líder comunal les pidió a las autoridades un constante acompañamiento y una ruta de seguridad que garantice la vida, honra y permanencia en el sector.
Sembrando el terror
Esta zona ha sido catalogada por una fuente, que pidió no ser identificada por miedo, como una ruta principal de contrabando, en donde se manejan altas sumas de dinero y armamento de todo tipo. En este sector hay una constante lucha por el territorio, han llegado personas que no son de la zona y han sido asesinadas.
“Es una zona que no quieren soltar por la riqueza que les da y ha caído gente inocente por esa guerra absurda. Además, nos viven extorsionando porque no queremos delinquir con ellos ni asistir a las reuniones que convocan”, comentó la fuente.
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El terror sembrado en esa población ha escalado al punto de evitar salir de las casas después de cierta hora ni llegar a algunos puntos, sobretodo en la parte alta, en donde hacen mayor presencia estos grupos delictivos.
Ni las autoridades lograban entrar
Tal ha sido el peligro de esa zona que ni siquiera las autoridades logran ingresar, incluso, algunos habitantes manifiestan que existe un grado de complicidad, pues “se han puesto las denuncias, pero nadie hace nada”.
Por su parte, la Policía asegura que es una zona de alta complejidad, pero no han recibido denuncias de ningún caso mencionado.
Recientemente, la Policía Metropolitana llevó a cabo unos operativos nocturnos, los cuales continuarán presentándose, para restablecer la seguridad que pide a gritos la población.