Para la esposa de Cristofer David Camero Torrealba es difícil hablar sobre el crimen de su amado, pues ella estaba a su lado cuando dos desconocidos, que iban en una motocicleta, lo interceptaron y le dispararon, la tarde del jueves.
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Para ella será imposible olvidar esos momentos de desespero y tristeza luego de que balearon a Camero Torrealba.
Según testigos, la mujer comenzó a gritar para que alguien saliera de su casa y auxiliaran a su esposo, que quedó tirado en el piso y murió momentos después.
“Yo no sé por qué lo asesinaron, hay unos rumores que son falsos. Él era buena persona y trabajaba desde hace varios meses en un lavadero de carros, no se metía con la gente”, contó la angustiada mujer.
El crimen
Cuando el reloj marcó que eran las 5:40 de la tarde, Cristofer David y su esposa salieron de su casa, ubicada en la calle 17 con avenida 19, del barrio 28 de Febrero, Los dos iban a pie para un supermercado en el centro de Cúcuta.
Luego de que la pareja salió de la residencia y cerró la reja del porche, aparecieron los desconocidos, que iban en una moto Suzuki GN125, color rojo con negro, quienes los interceptaron.
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Según versiones, el parrillero desenfundó una pistola y le disparó a Cristofer David Camero, de 33 años, al verlo caer al piso, gravemente herido, los motorizados huyeron del lugar.
El sonido de los disparos alertó a varias personas que salieron de sus casas y observaron a la mujer tirada al lado del cadáver llorando y gritando de manera desesperada. En el portón de la casa de la pareja quedaron las marcas de cuatro impactos de bala.
“Nosotros estamos en esa casa desde septiembre. En la cuadra nos conocen y lamentan lo sucedido con Cristofer”, señaló la pareja de la víctima.
Minutos después, varias unidades de la Policía arribaron al sitio y alertaron a la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) sobre el asesinato, mientras acordonaban la cuadra.
Los peritos forenses al llegar al lugar verificaron lo sucedido y de inmediato iniciaron la inspección técnica y el levantamiento del cadáver. En el lugar encontraron cinco vainillas.
El cadáver fue trasladado hasta el Instituto de Medicina Legal, en medio de las lágrimas y los gritos de la pareja sentimental de la víctima.
Extraoficialmente se conoció que el conductor de la moto llevaba puesto el casco, mientras que el parrillero llevaba un pasamontañas y vestía una camisa negra y un yin, además, es de contextura delgada y alto.
“Estamos averiguando si la víctima tenía amenazas o qué habría sucedido para que llegaran a balearlo frente a su casa. Hasta el momento no hay exactitud en lo que podría haber desencadenado el crimen”, contó una fuente judicial.
Silencio y miedo
En la cuadra donde se presentó el hecho de sangre, ayer, en la mañana, el ambiente era de silencio y miedo, las personas evitaban hablar respecto al homicidio del lavador de carros.
“A uno le da miedo contar lo que vio, porque esta es una zona peligrosa y no sabemos qué nos puedan hacer después. Sí, el vecino era buena gente y no se metía con nadie, pero hasta ahí es que podemos hablar”, explicó un residente de esa zona.
Una fuente judicial señaló que en ese sector hay presencia de habitantes de calle y lugares dedicados al expendio de drogas.
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