El recorrido que hacía Edwin Omar Sánchez Fuentes, el pasado domingo, por la calle 9 con avenida 3, del barrio Sayago, se detuvo cuando unidades de la Sijín de la Policía de Norte de Santander lo interceptaron y le solicitaron antecedentes.

Tras verificar, los investigadores encontraron que este hombre tenía una orden de captura desde hace 10 años, por los delitos de homicidio agravado, tentativa de homicidio agravada y tráfico de armas de fuego.

Las autoridades establecieron que él, en agosto de 2014, habría perpetrado un ataque sicarial contra una persona, que estaba al frente de un establecimiento comercial en Cúcuta. Pero en ese acto de venganza, habría asesinado al hombre equivocado.

Aunque estuvo detenido hace algunos años, respondiendo por ese homicidio, por vencimiento de términos fue dejado en libertad. Pero el proceso siguió, por lo que cuando los policías vieron su historial, lo detuvieron.

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“En 2021 reactivaron el proceso y ahí fue cuando le salió la sentencia condenatoria”, aseguró una fuente judicial.

Señalado de homicidio

La historia de Edwin Omar Sánchez se remonta a 2014, luego del homicidio de su pareja sentimental.

En febrero de ese año, cuando la pareja departía, un desconoció asesinó a la compañera sentimental de Sánchez Fuentes.

Frente a este hecho, otro hombre que estaba en el lugar, al parecer se burló de la situación y el dolor por el que el hombre pasaba en ese instante, lo que generó indignación y desgarró aún más la herida que Edwin ya tenía.

Meses después, en agosto de ese mismo año, sin superar ni dejar el pasado atrás, cuando Edwin Sánchez estaba en el barrio Juana Rangel de Cuéllar, en un local, se encontró con el hombre que se habría burlado de su dolor.

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En ese momento, él sacó un arma para atentar contra la vida de esa persona. Pero aunque el tiro impactó en uno de los brazos del sospechoso, la bala entró y salió, matando a Grimaldo Carrascal Franco, un transeúnte que a esa hora pasaba por el sector y nada tenía que ver en el hecho.

Aunque Edwin Sánchez estuvo fuera del radar de la Policía, 10 años después, la Sijín lo ubicó para ponerlo nuevamente tras las rejas, y que así pague la sentencia condenatoria de 37 años y 8 meses.

Según una fuente judicial, el detenido ya contaba con algunas anotaciones más por hurto y recientemente había sido capturado por estupefacientes.

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