Los investigadores judiciales que asumieron las pesquisas del crimen de Héctor Julio Durán Gutiérrez, quien era conocido como ‘Tico’, ocurrido la noche del martes, en el barrio San Eduardo, tuvieron pocos detalles sobre el pistolero que le propinó varios disparos a la víctima, por lo que tratan de obtener cualquier pista sobre este hecho de sangre.
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Del homicida solo se conoció que se movilizaba en una motocicleta Yamaha BWS y que vestía una chaqueta de color negro.
Según establecieron las autoridades, Durán Gutiérrez llegó a una cancha ubicada en la avenida 13E con calle 6N, al parecer, a cumplir una cita, cuando fue atacado con dos impactos de bala en la cabeza y el cuello, que acabaron con su vida.
Los habitantes y transeúntes del sector alertaron de inmediato a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) de lo que acababa de suceder, por lo que las autoridades arribaron al sitio rápidamente, al igual que una ambulancia, que finalmente trasladó a Héctor Julio al Hospital Universitario Erasmo Meoz, donde llegó sin signos vitales.
La cita
Las autoridades tendrán que establecer quién fue la persona que minutos previos al crimen llamó insistentemente a Héctor Durán, quien vivía en el barrio San Luis, para que asistiera a un encuentro en el lugar donde fue atacado a balazos.
Un familiar de la víctima aseguró que su ser querido dejó al menos ocho hijos, entre estos, una menor de edad.
Sin embargo, se abstuvo de asegurar si Durán Gutiérrez habría tenido algún problema o amenaza que pudiera desencadenar el homicidio.
La muerte continúa persiguiendo a la familia Durán Gutiérrez, pues en 2018, un hermano de Héctor Julio también fue asesinado a balazos.
Los líos judiciales
De manera extraoficial se conoció que Héctor Julio Durán tenía anotaciones judiciales por los delitos de porte ilegal de armas, inasistencia alimentaria y falsedad personal.
Aunque las autoridades tienen algunos indicios de los móviles de los hechos, no se descarta cualquier hipótesis, por lo que las investigaciones deberán establecer las causas del mortal ataque a bala.
“Nosotros hemos vivido toda la vida en este barrio (San Eduardo) y acá es muy tranquilo, es muy extraño que pase algo así. Lo cierto es que en el lugar donde ocurrió el asesinato hace falta iluminación y eso se presta para que pasen ese tipo de cosas, además de la presencia de consumidores de drogas, que siempre frecuentan los alrededores de la cancha”, dijo un habitante de este sector.
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