Los diputados británicos aprobaron el informe según el cual el exprimer ministro Boris Johnson mintió deliberadamente sobre las fiestas ilegales celebradas durante los confinamientos, en un intento de pasar página de un escándalo muy dañino para el Partido Conservador.
El largo debate parlamentario tuvo lugar el día en que el exlíder conservador cumplió 59 años y desembocó en una sanción disciplinaria sin muchas consecuencias: Johnson se vio despojado de su pase parlamentario, lo que le impide de hecho acceder a Westminster, un privilegio simbólico ofrecido a los exlegisladores.
En una cámara baja de 646 miembros activos pero con muchos ausentes, 354 diputados votaron a favor y solo 7 lo hicieron en contra de las recomendaciones del "comité de privilegios" sobre el escándalo del "partygate", cuyas conclusiones reavivaron las divisiones entre los diputados conservadores.
Los detractores de Johnson esperaban cortar por fin lazos con el controvertido político de la indisciplinada cabellera rubia.
Pero otros lo siguen defendiendo y pronosticaron que volverá a la contienda electoral, aprovechando la pérdida de popularidad de su sucesor, Rishi Sunak, que prometió devolver la integridad política al gobierno pero se encuentra sumido en una histórica crisis por el costo de la vida que no logra atajar. En lugar de oponerse al informe, el exprimer ministro pidió a sus partidarios que se abstuvieran y muchos diputados conservadores estuvieron ausentes de la sesión.
Sunak no asistió a la cita, lo que le valió duras críticas de la oposición.
La exprimera ministra Theresa May anunció que votaría contra Johnson -que fue su ministro de Relaciones Exteriores y sucesor- e instó a sus compañeros a hacer lo mismo para "ayudar a restaurar la confianza en nuestra democracia parlamentaria".
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en: https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion