Este jueves, Evo Morales, de 64 años y líder opositor del gobierno de Luis Arce, no se presentó a la cita convocada por la fiscalía de su país. Morales está siendo investigado por un caso que involucra acusaciones de “estupro, trata y tráfico de personas”, lo que podría derivar en su detención.
Su abogado, Nelson Cox, declaró que Morales considera la investigación como “una mentira más” y la tilda de “ilegal”. Según Cox, el expresidente no asistirá hasta que se regularice el proceso, recordando que una denuncia similar fue archivada en 2020.
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El escándalo en el que se está viendo envuelto el expresidente, se remonta a 2015, cuando se señaló a Morales de tener relaciones sexuales con una menor de 15 años, con quien tuvo una hija en 2016.
La fiscal del departamento de Tarija, Sandra Gutiérrez, emitió una orden de aprehensión el 26 de septiembre, pero fue suspendida por una jueza tras un recurso de Morales. Gutiérrez reabrió el caso, añadiendo nuevas acusaciones que amplían la gravedad de los cargos.
El ministro de Justicia, César Siles, advirtió que la Fiscalía deberá proceder con el arresto de Morales si no se presenta a declarar. Expertos legales indicaron que el expresidente podría enfrentar detención si la fiscal no acepta los argumentos de su defensa.
En efecto, este mismo jueves, la fiscal Gutiérrez informó que emitirá una nueva orden de aprehensión contra Morales. “Lo que corresponde es eso, sacar el mandamiento de aprehensión, ya que ellos [Morales y los otros investigados] han sido notificados debidamente sin ninguna vulneración de ninguno de sus derechos”, dijo Gutiérrez.
Morales denuncia que el gobierno de Arce utiliza este caso como parte de una “persecución judicial” para sacarlo de la contienda electoral de 2025. En un mensaje publicado en X, acusó al gobierno de querer “acabar” con su vida y de intentar desestabilizar al movimiento popular boliviano.
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“El objetivo es descabezar al movimiento popular boliviano. Todo es producto de la desesperación del Gobierno, que no tiene ninguna respuesta a la crisis (económica) y tampoco tiene ninguna posibilidad electoral”, dijo Morales en su cuenta de X.
Mientras tanto, el líder boliviano continúa su actividad política en la región del Chapare, donde sus leales cocaleros han amenazado con “incendiar el país” si el líder es detenido. Sus seguidores han declarado estado de alerta y amenazan con bloquear carreteras si se emite una orden de arresto en su contra. “Estamos en estado de alerta en defensa de Evo”, advirtió Leonardo Loza, senador y dirigente.