Brasil está enfrentando una emergencia sin precedentes debido a las fuertes lluvias que han causado inundaciones devastadoras en el sur del país. Se reportan al menos 55 muertos y más de 70.000 personas han sido evacuadas. Alrededor de medio millón de personas se han visto afectadas por esta tragedia.
Las imágenes son desoladoras, con casas a las que apenas se les ven los techos y gente que lo perdió todo. El centro de la moderna capital de Rio Grande do Sul, Porto Alegre, que tiene una población de 1,4 millones de personas, está completamente inundado. El nivel del río Guaíba en Porto Alegre marcaba 5,09 metros, por encima del récord de 4,76 metros registrado durante unas históricas inundaciones en 1941.
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Las aguas avanzan sobre la metrópoli y cientos de otras localidades, y las cifras crecen a la par. Más de un millón de hogares están sin agua y la destrucción es incalculable, según Defensa Civil.
En respuesta a la crisis, se están tomando varias medidas para ayudar a las personas afectadas. Efectivos de las fuerzas armadas están trabajando para ayudar y rescatar a las personas afectadas. El gobierno de Brasil ha asignado 200 millones de reales (35,5 millones de dólares) en fondos de ayuda para desastres.
El gobernador del estado, Câmara, ha puesto a disposición 100 millones de reales brasileños (US$ 21 millones) para ayudar a las zonas afectadas. Otros siete estados brasileños se han ofrecido a ayudar y han enviado equipos de rescate a Pernambuco. El secretario de Desarrollo Regional de Brasil, Rogerio Marinho, dijo que habría más ayuda en camino.
Las autoridades y los vecinos están trabajando contrarreloj para evitar una tragedia aún mayor.
Con información de Vanguardia
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