Rusia ha decidido redoblar su amenaza en la guerra contra Ucrania, marcando un giro alarmante en el conflicto que ya ha dejado miles de muertos y millones de desplazados.

Este martes, Vladímir Putin firmó un decreto que amplía las circunstancias en las que su país podría recurrir al uso de armas nucleares, argumentando que la reforma era “necesaria para adaptar nuestros fundamentos a la situación actual”, y advirtió que incluso ataques masivos respaldados por potencias nucleares como Estados Unidos podrían justificar el uso de su arsenal nuclear.

Ante la amenaza de un posible ataque aéreo de gran escala, tres embajadas han cerrado en Kiev y otras evalúan el cierre de sus operaciones en el país europeo. Estados Unidos, España y Grecia, ya llamaron a todo su personal de vuelta, mientras Reino Unido evalúa la situación.

¿Que tan serias son las amenazas Rusas?

Rusia posee el arsenal nuclear más grande del mundo, con más de 6.000 ojivas activas, según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI). Estas armas, capaces de causar destrucción masiva en segundos, representan un peligro letal para cualquier ciudad que se convierta en objetivo, y Kiev no sería la excepción.

Los misiles intercontinentales como el Sarmat RS-28, conocido como el “Satanás 2”, pueden transportar múltiples ojivas nucleares y alcanzar objetivos a más de 10.000 kilómetros de distancia. 

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Además, Rusia cuenta con misiles tácticos como el Iskander, diseñados para ataques más precisos, pero con un poder destructivo suficiente para devastar grandes áreas urbanas.

Si un ataque nuclear llegara a ejecutarse contra Kiev, las consecuencias serían catastróficas. Según estimaciones de expertos, el impacto inicial podría acabar con cientos de miles de vidas, mientras que la radiación y los incendios masivos podrían extender el desastre a largo plazo.

“Un ataque nuclear no solo destruiría infraestructuras críticas, sino que también dejaría cicatrices ambientales y humanas irreparables”, afirman analistas de seguridad internacional y expertos en armas militares.

La delegación estadounidense emitió un comunicado dirigido a sus ciudadanos en Ucrania, recomendando que “estén preparados para refugiarse de inmediato en caso de que se active una alerta aérea”.

Un ataque a ciudadanos estadounidenses en Ucrania sería un punto de inflexión en el conflicto. Si bien Washington ha evitado hasta ahora una confrontación directa con Rusia, un incidente de esta magnitud podría obligar a Estados Unidos a responder de manera contundente.

Un ataque podría interpretarse como una declaración de guerra indirecta. La administración Biden, que ya enfrenta críticas internas por el apoyo militar y económico a Ucrania, estaría bajo una enorme presión política para tomar represalias.

Además, un incidente de esta naturaleza pondría en jaque las relaciones de Washington con sus aliados de la OTAN. La posibilidad de activar el artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, que establece la defensa colectiva, entraría en discusión. Esto no solo afectaría la dinámica de la guerra, sino que también incrementaría las tensiones entre las potencias nucleares.

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La sombra de un ataque nuclear

Si Rusia cuenta con uno de los arsenales nucleares más grande, Estados Unidos le sigue los pasos, según datos del Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), el país cuenta con unas 5.244 ojivas nucleares activas y en reserva. Además, el país también tiene una importante flota naval y mantiene arsenales nucleares desplegados en Europa como parte de su estrategia de disuasión.

La amenaza de un ataque nuclear no solo pone en jaque a Ucrania, sino también a toda Europa. Josep Borrell, jefe de la diplomacia de la Unión Europea, advirtió que “una guerra nuclear no se puede ganar y, por tanto, nunca se debe librar”.

Sin embargo, las recientes acciones de Rusia, como la acumulación de armamento y la reforma de su doctrina nuclear, han encendido las alarmas en Occidente. Países como Francia han intentado mantener una postura más diplomática, pero otros líderes europeos, como Mark Rutte, secretario general de la OTAN, han sido más contundentes. “Es crucial que Putin no se salga con la suya. Rusia representa una amenaza directa para todos nosotros en Occidente”, declaró.

La decisión de Washington de evacuar su personal diplomático no solo busca proteger vidas, sino también evitar un incidente que podría tener repercusiones globales.

Sin embargo, esto también evidencia que la situación en Ucrania se encuentra en un punto de alta inestabilidad, donde cualquier error de cálculo puede tener consecuencias devastadoras. 

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