En cumplimiento con los acuerdos de paz, la Defensoría Regional del Pueblo adelanta encuentros en la comunidad Motilón barí para generar espacios de participación de los indígenas en los procesos de transformación de los territorios.
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El objetivo es conocer la situación vivida por las etnias apartadas de Colombia y buscar soluciones a los problemas que repercuten en la violación de los derechos fundamentales e inciden en la convivencia de la convulsionada región.
La descentralización de los servicios se efectúa a través de los líderes indígenas para lograr el acceso a las distintas zonas y hacer una radiografía de las condiciones de vida en la subregión del Catatumbo.
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Los funcionarios adelantan talleres de socialización y empoderamiento a los guardianes del territorio barí, el propósito de las visitas es fortalecer las capacidades de protección, destacar la cultura y a su vez reconocer la incidencia que pueden hacer desde las regiones, indica el titular de la Defensoría Regional del Pueblo en Ocaña abogado Ever Jesús Pallares Baene.
Costumbres ancestrales
En los encuentros se explican detalles del informe final de la Comisión del esclarecimiento de la verdad, capítulo étnico para que no haya repetición.
El delegado de la Defensoría del Pueblo, Alexander Manzano, coordina los talleres en la zona del Catatumbo donde las poblaciones indígenas desde hace varias décadas han sentido los rigores del conflicto social.
En los encuentros se trabajan temas relacionados con los mecanismos especiales de consulta para los pueblos étnicos contemplados en el primer punto de los acuerdos de paz.
Asael Arocochimana, de la comunidad ocbabuda señala que desde hace muchos años han sido golpeados por el conflicto armado ante el accionar de las distintas compañías dedicadas a explotar los recursos naturales bajo la complacencia del Estado. “Son más de 60 años de confrontaciones y como pueblo barí reclamamos garantías para vivir en los territorios que nos pertenece ancestralmente. Avalamos obras y programas que redunden en beneficios de las comunidades donde se respete la cultura y la cosmovisión”, agrega.
Resalta la participación en los acuerdos de paz como equipo de los guardianes del territorio para decidir el presente y en aras de formar una generación capaz de verificar y hacer seguimiento como veedores de la planeación como interventores del pueblo Barí.
Asimismo, se trabaja la agenda de paz de los barí y se hace un reconocimiento territorial a través de varios mapas dispuestos por la Defensoría del Pueblo para tal fin, anota Alexander Manzano.
La vocera de la comunidad Chubbabarina, Karim Lozano asegura que es trascendental implementar la agenda de paz para reconocer los derechos y deberes encaminados a conservar la identidad cultural de los pueblos.
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“Se nos facilita más ese contacto con los representantes del gobierno, cuando hay una mesa de diálogos. Nosotros como guardianes cumplimos una misión en el territorio, para generar el desarrollo, superando las limitaciones, preservando las costumbres y resaltando la cultura. Como mujer aportamos en el bienestar de las comunidades, para respetar los derechos indígenas”, recalca.
Camino a la transformación
La Defensoría Regional del Pueblo en la senda de la transformación promueve los principios de la convivencia pacífica respetando las tradiciones ancestrales.
Se articulan programas encaminados con el progreso en cada uno de los proyectos que se puedan dar en favor de las comunidades indígenas.
El defensor regional del pueblo Ever Pallares resalta el trabajo adelantado con la etnia Motilón barí.
“Nosotros venimos adelantando los talleres de socialización y también de empoderamiento de los guardianes barí. Buscamos de alguna manera fortalecer la capacidad de los guardianes y estamos dando a conocer el informe final de la comisión del establecimiento de la verdad en el capítulo Etnia, con la cultura, cuya finalidad es la incidencia que ellos pueden ejercer desde los territorios”, agregó.
Además, se convierten en los guardianes del mundo natural para las generaciones futuras con la conservación de los recursos naturales.
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El fuerte vínculo entre el pueblo, su territorio y el respeto fundamental que las comunidades indígenas tienen hacia los ecosistemas de los que dependen, son factores claves para mantener la riqueza ecológica del planeta, indica los líderes.
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