Alrededor de $1.300 millones de pesos serán entregados a más de 160 víctimas del conflicto armado en el municipio de Ocaña para mejorar sus condiciones de vida.
Así lo indicó la directora de la Unidad para las Víctimas en Norte de Santander y Arauca, Johanna Gélvez Ascanio, durante la notificación a los beneficiarios del proceso de reparación individual, afectados por distintos hechos ocurridos en la zona del Catatumbo.
“Continuamos recorriendo el territorio nortesantandereano y extendiendo las jornadas de notificación para avanzar en el plan de reparación individual y lograr resarcir en algo los daños causados por el conflicto armado a cientos de familias y miles de personas en una de las regiones más golpeadas por la violencia en el territorio colombiano”, señaló la funcionaria.
La ‘indemnizatón’ se realiza desde la semana anterior y se han beneficiado alrededor de 400 personas afectadas por el conflicto armado en Norte de Santander con la entrega de más de $2 mil millones de pesos.
“Estamos en Ocaña afianzando la implementación de la Ley 1448 con la entrega de cartas de indemnización, dándoles a conocer a nuestra población víctima la oferta institucional para una inversión adecuada de los recursos como agentes transformadores de paz y reconciliación. Muchos de ellos están reconstruyendo sus proyectos de vida y el Gobierno está ahí para apoyarlos” expresó Gélvez Ascanio.
Durante las actividades realizadas y programadas se cumplen con los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud.
La entrega se hace de acuerdo con los datos suministrados en los registros únicos de víctimas. “El mayor número de personas corresponde al desplazamiento forzado y el tema de homicidios. Hemos podido llegar con un importante recurso a la provincia de Ocaña y la zona del Catatumbo. En lo que va del año se han entregado más de 20 mil millones de pesos a unas 2.400 personas”, precisó la funcionaria.
La unidad fortalece la reparación integral con todo el trabajo del equipo de enfoque psicosocial. “Este año implementamos la caracterización de los sujetos. A pesar de las concentraciones llegamos al territorio para entregar las cartas cheques a las víctimas”.
El drama humano
Episodios dolorosos vivió el campesino Fermín Mora Cárdenas, quien sufrió en carne propia los rigores de la violencia en la zona del Catatumbo.
El despojo de sus tierras, la quema de la vivienda y la muerte de sus seres queridos hacen parte del historial del agricultor quien observa una luz de esperanza al final del túnel.
“Gracias a Dios hemos tenido la atención luego de padecer la persecución. Yo salí derrotado de la zona del Catatumbo, lo perdí todo, me quitaron a un hijo, un nieto y un sobrino. Quedé en la calle, pues quemaron mi casita y perdí la finca en Tibú. Salimos corriendo con mi esposa y los hijos. Aquí llegué y falleció mi mujer, quedé solo pues los retoños echaron a andar para buscar trabajo”, agregó Mora.
Durante la pandemia ha atravesado momentos difíciles viviendo de la caridad humana, pues asegura que el Gobierno Nacional no le entregó “ni una panela” para remediar la situación.
Asegura que jamás volverá a esas tierras apoderadas por los violentos. “No soy capaz de regresar a la vereda Campo 6, estoy enfermo de la próstata y no tengo fuerzas para el retorno. Es muy duro para uno de escasos recursos económicos”.
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