Trece meses después de la misteriosa desaparición, la señora Alma Yulieth Manzano Quintero guarda las esperanzas de encontrar con vida a su hijo, Óscar Iván Sabbagh Manzano, quien fue arrastrado por las aguas del río Chiquito en Ocaña, el sábado 21 de agosto del 2021.
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Una cámara de seguridad grabó al joven caminando con su perro momentos antes de lo ocurrido. Vecinos afirman que el muchacho se lanzó al agua a salvar a la mascota, pero sucumbió ante la fuerza de la naturaleza. Vestía buzo gris, pantalón y tenis negros, precisan los familiares.
Como de costumbre, el joven de 24 años de edad salió del barrio El Retiro a dar un paseo con su mascota en los alrededores de Bruselas y visitar a su tío residente en el vecino sector de Las Cajas.
Al mediodía no llegó a almorzar y su madre no se preocupó porque para su hijo era habitual hacer un recorrido por las casas de sus familiares los fines de semana. Luego de un torrencial aguacero, en las horas de la tarde, una mujer llegó al taller de modistería y comentó que un hombre intentó suicidarse lanzándose a la creciente del afluente que atraviesa la ciudad de sur a norte.
Jamás pensó que se trataba de su hijo y, al contrario, lamentó el accionar de personas que toman esa fatal decisión advirtiendo que “la vida es un regalo de Dios y todos debemos cuidarla”.
“Nunca imaginé que fuera mi único retoño, y seguí cosiendo hasta el atardecer. La pesadilla comenzó cuando el perro llegó mojado y embarrado a la casa y dije: Óscar me las va a pagar, pues cómo se le ocurre soltar al animalito en medio de la lluvia”, agregó.
En ese instante tuvo una corazonada, tomó el celular y marcó el número, pero el teléfono sonó en el cuarto donde se percató que lo dejó cargando. La angustia e incertidumbre se apoderó de la mujer quien llamó a su hermano Mario y le comentó que le había encomendado pagar los recibos de los servicios públicos y no volvió a entregarlos.
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La esperanza era que estuviera en casa de su padre, porque la pareja está separada, pero la sorpresa es que el joven nunca llegó al sector de Miraflores.
Búsqueda por cielo y tierra
Los familiares alertaron a los organismos de socorro quienes emprenden la infructuosa búsqueda por todos los afluentes tributarios del Catatumbo y no encuentran rastro alguno del joven quien practicaba muy bien la natación, según cuenta la desconsolada madre.
Los tíos y vecinos del barrio hicieron una travesía por todo el cauce de la cuenca hidrográfica, pegaron afiches en los caseríos ribereños y ofrecieron recompensa, sin embargo, nadie entrega razón.
Al contrario, han sido objeto de extorsiones de inescrupulosos indicando que lo tienen en su poder y cuando exigen pruebas de supervivencia cortan todo tipo de comunicaciones.
Ante la incertidumbre la madre se ha puesto un overol, camiseta, cachucha, y botas pantaneras, recorrido pueblos y veredas aledaños al río Catatumbo para encontrar una voz de aliento, pero nadie lo ha visto en esos lugares.
Dejaron en manos de la Fiscalía la investigación, pero hasta el momento no encuentran una respuesta concreta a los interrogantes por la misteriosa desaparición.
“Tengo la fe intacta que mi hijo está vivo y no me quedaré quieta hasta encontrarlo”, afirma la mamá quien acude a los buenos oficios del Comité Internacional de la Cruz Roja.
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“Hemos movido cielo y tierra, los organismos de derechos humanos me brindan orientación psicológica para superar la ausencia, pero estoy a punto de enloquecer”, agrega.
‘La razón de estar contigo’
Óscar Iván, es el único hijo de la señora Alma Yulieth quien debió esperar cinco años para disfrutar de la maternidad.
Confiesa que fue una bendición muy grande después de tanto buscar la fecundación y considera que Dios no se lo va a quitar tan rápido.
Manifiesta que es una persona noble, jovial, alegre y profesa un amor especial por los animales. Recuerda la película titulada ‘La razón de estar contigo’ donde se narra la conmovedora historia de un perro llamado Bailey. “Enseña que el amor nunca muere, que los verdaderos amigos estarán siempre a nuestro lado y que cada criatura en la tierra ha nacido con algún propósito”.
Durante la pandemia acogieron en la casa a una perrita embarazada del barrio y le brindaron todos los cuidados. “Óscar dijo que, si salía un perro mono o color terracota, lo iba a cuidar y lo bautizó Bailey, como aconteció en el largometraje”, precisa la señora madre.
Al igual que en el film ahora el canino, de tres años de nacido, busca también a su dueño. “Durante los primeros días, se llevaron al perro para orientar la ruta con el olfato, él lo busca incesantemente. Yo mencionó su nombre y sale corriendo hacia la puerta porque piensa que ya llegó. Cuando me pongo su chaqueta intenta quitármela como señal de que está vivo”, exclama en medio del llanto.
A Dios implora fuerzas para resistir ese vacío dejado por su hijo y superar la incertidumbre encontrando el verdadero desenlace de la historia.
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Hasta la puerta de su casa han llegado sacerdotes, videntes, supuestos adivinos, investigadores, defensores de derechos humanos y psicólogos para ofrecer ayuda encaminada a superar la angustia y la señora recibe los consejos y mantiene vivas las esperanzas que algún día regresará para reencontrarse con los seres queridos.
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