Vándalos sueltos
Los participantes con emociones desbordadas, fruto de los deseos reprimidos durante la pandemia, salieron a las calles sin control alguno y propiciaron actos vandálicos contra vehículos y fachadas de las viviendas recién pintadas por la temporada de diciembre.
Los voceros comunales indicaron que están cansados de los actos de intolerancia y solicitaron a la administración local interceder para acabar con las celebraciones en esos sectores.
El presidente de la Junta de Acción Comunal de San Agustín, Víctor Ramón Yaruro Boada, indicó que no ha existido poder humano, ni divino para erradicar el problema de la zona donde sufren las personas de la tercera edad.
“Año tras año se repite la historia, vivimos secuestrados durante los 3 días de carnaval y los mandatarios de turno no adoptan medidas”, dijo.
En ese lugar fueron manchadas las paredes del templo de San Agustín, el museo Antón García de Bonilla y las fachadas de viviendas aledañas.
“Es lamentable que eso ocurra por falta de cultura ciudadana y se debe revisar el término carnaval, pues no es solo echar agua y pintura, sino un componente artístico complementado con las comparsas como ocurre en otras regiones del país. Hacía seis meses habíamos pintado las paredes del museo y ahora no hay presupuesto”, indicó el director Alejo Navarro.
A lo anterior se suma la violación de todos los protocolos de bioseguridad, donde la gente con esos deseos desenfrenados no usaba tapabocas y se aglomeraron en calles.
Expertos en la materia manifestaron que las consecuencias se verán reflejadas en las estadísticas de la ocupación de las camas UCI en el hospital local.