Ante la proliferación de los habitantes en condición de calle, la administración municipal de Ocaña implementa un programa con la Defensoría Regional del pueblo, a través de Colombia Transforma para la intervención con sentido social y humanitario en el municipio.

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El proceso arrancó en el puente de Las Llanadas donde muchos jóvenes han roto el vínculo con el núcleo familiar y duermen debajo de esas estructuras. 
 
Con esos residentes no formales se traza una ruta de acción y atención sicosocial para romper esa cadena de la distribución de estupefacientes y el retorno a los hogares.
 
Ante la magnitud del problema, el mandatario local, Emiro Cañizares Plata anunció un trabajo conjunto y propuso estrategias de rehabilitación con sentido humanitario, ya que Ocaña cuenta con más de 330 habitantes de calle.

“El consumo de drogas hay que abordarlo como un tema muy responsable, desde salud pública de manera preventiva. No se soluciona en los centros de rehabilitación, sino cuando en los tres niveles del gobierno se articulen oportunidades a los jóvenes de educación, deportes, cultura y recreación”, agregó el alcalde. 

Aseguró que es un tema urgente, porque está acabando con las familias y en el programa existe una línea de acción denominada Seguridad, Convivencia Ciudadana y Buen Gobierno. 

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“A través de la Defensoría Regional del Pueblo mediante un eje social de Colombia Transforma de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid) se brindará asistencia humanitaria a esa población en condiciones de vulnerabilidad”, explicó. 
 

La ruta de atención

Las distintas instituciones suman voluntades para rescatar a esas personas, ubicar a los familiares, afiliarlos a una empresa prestadora de servicios de salud, la incorporación a un centro de rehabilitación y luego facilitar los medios para el regreso al seno del hogar donde desempeñen actividades laborales, con el fin de evitar una recaída en el mundo oscuro de la drogadicción.
 
“Vamos a iniciar un proceso que permita tener una línea base seria sobre el tema de consumo de drogas en Ocaña. Activamos la estrategia de atención a ese uso problemático para contrarrestar el expendio de sustancias alucinógenas”, dijo el mandatario. 

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El alcalde de Ocaña otorgó un plazo de dos meses, para diseñar esa ruta de atención inmediata y atacar los canales de distribución de la droga. “Tenemos un gran número de personas víctimas donde vivimos una situación dolorosa debido a que no se ha roto el eslabón de la cadena productiva y lo lamentable es que, si no actuamos pronto, empeorará”, recalcó.
 

Panorama desolador

La zona más álgida conecta al centro de la ciudad con la Avenida Francisco Fernández de Contreras donde los consumidores de drogas en su afán de conseguir los alucinógenos, proceden a atracar a los transeúntes e ingresar a los establecimientos comerciales y viviendas aledañas.
 
“Es una constante de la institución controlar ese fenómeno, se están desarrollando actividades integrales con el fin de brindar atención a las personas de residencia no formal”, señaló el capitán Alexander Pérez, comandante de la estación del Segundo Distrito de la Policía en Ocaña.

Mediante el registro y control se busca desarmar a esas personas para el proceso de readaptación a la población normal después de la rehabilitación en instituciones pertinentes.

Durante una de las intervenciones se incautaron armas blancas y sustancias psicoactivas, dando cumplimiento al Código de Convivencia Ciudadana.
 
El director de la oficina de la Población en Desventaja, Jairo Carrascal Villegas resaltó la implementación de la ruta de atención, para resarcir el tejido social y evitar el desenlace fatal para algunas familias.
 
El personero de Ocaña, Jorge Armando Bohórquez Lanzziano hace el acompañamiento a ese proceso en aras de restituir derechos y deberes de esa población. “El fenómeno afecta la salubridad pública porque esos habitantes de residencias no formal incomodan a las distintas comunidades. A través de la Secretaría de Desarrollo Humano se adelanta un estudio para determinar las causas de la proliferación de los consumidores de droga en la región”, agregó. 

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Aseguró que los centros de rehabilitación reciben pacientes de diferentes lugares del país y cuando terminan el tratamiento, infortunadamente las EPS no hacen el seguimiento adecuado y los dejan a la deriva en el municipio de Ocaña.

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