Puente Real, con más de 280 años de construido como paso elevado sobre el río Chitagá y a pesar del desgaste natural del tiempo, se resiste a derrumbarse.
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El no contar a lo largo de los años con un proceso de restauración minucioso y de preservación, la estructura se ha venido deteriorando y requiere de una inmediata intervención por parte de los estamentos gubernamentales.
La lluvia, el sol, las crecidas del río y el mal trato que ha sido sometido a lo largo de su trayectoria lo han ido diezmando, por lo que la administración municipal de Chitagá inició acciones para continuar su conservación como monumento arquitectónico de la región.
En cada temporada de lluvias la estructura de madera corre el riesgo de ser arrasada por la creciente del río.
En una de esas ocasiones, la furia de las aguas puso en aprietos los soportes del margen derecha inferior y dos laterales en la parte izquierda.
En 2017, la dirección de Patrimonio del Ministerio de Cultura valoró la estructura y concluyó que evidenciaba un alto grado de deterioro; representado en fisuras en los accesos, vigas flexionadas y desfaces en los apoyos diagonales.
Ante esas circunstancias en el último año, como medida de primeros auxilios, le han protegido las bases, lo apuntalaron y dragaron el cauce para evitar que desaparezca.